El autodenominado Estado Islámico (DAESH) ha ocupado la ciudad de Manbij, en el norte de Siria, durante más de dos años sin darse cuenta de la existencia de una puerta antigua en un montículo de tierra que sus tropas utilizaban como vertedero. No sabían que la puerta daba paso a unas profundidades donde se conservan las ruinas de un antiguo refugio cristiano, o una iglesia primitiva, que posiblemente data de los primeros siglos de existencia de la cristiandad, bajo el Imperio Romano.
CRUCES Y ESCRITOS
Entre los objetos encontrados hay diferentes versiones de cruces grabadas en las columnas y las paredes, y escritos tallados en piedra, lo que indica que se trataba de un lugar significativo para los cristianos de la época. «Este lugar es especial. Aquí es donde se encontrarían los vigilantes para poder avisar al resto de cualquier movimeinto que hubiese en elexterior y, así, poder huir a través de otro pasadizo», ha explicado a Fox News el responsable del Comité de Exploración en el Concilio de las Ruinas de Manbij, Abdulwahab Sheko.
UNA “IGLESIA SECRETA”
El descubrimiento de la llamada “iglesia secreta”, que data del tercer o cuarto siglo después de Cristo, revela que «existía una significativa población cristiana y que necesitaban esconder sus actividades», dice el profesor de Historia y Arqueología de la Southeastern University, John Wineland. «Quizás sea una indicación de la persecución en el Imperio Romano, que era común en la época», añade.
Según manifiesta Wineland, los cristianos «fuerons perseguidos, en primer lugar, de manera esporádica por el gobierno Romano, y después más sistemáticamente. Se encontraban en secreto, bajo tierra, para evitar problemas».
UNA INVESTIGACIÓN PELIGROSA
Sheko y su equipo comenzaron a limpiar el lugar el pasado otoño y necesitan ayuda para identificar los utensilios y «anaizar los huesos» de los restos humanos que han encontrado, de tal manera que ha contactado con organizaciones y arqueólogos a nivel internacional. Pero las respuestas que ha recibido hasta ahora afirman que «es demasiado peligroso enviar equipos de arqueólogos a esta parte de un país desgarrado por la guerra».
Manbij es afortunado por haber escapado del autodenominado Estado Islámico. El equipo estaba en medio del estudio del vecindario cuando las tropas yihadistas invadieron la ciudad en 2014, pero Sheko logró mantener el secreto hasta que las Fuerzas Democráticas Sirias, con el apoyo armamentístico de Estados Unidos, expulsaron a los islamistas en 2016.
Sin embargo, la zona está plagada de minas y trampas explosivas, y los trabajos de limpieza no han comenzado hasta finales de agosto.
UN “SEGUNDO ESPACIO”
En el interior del espacio 11 escalones conducen a un cueva que se abre a una multitud de habitaciones, donde hay símbolos cristianos grabados en las paredes y las bóvedas. Más allá, en el laberinto subterráneo, hay «un cementerio, probablemente reservado para el clero de la iglesia. Cada tumba muestra una especie de almohadón de piedra para la cabeza», señala Sheko.
MÁS RUINAS PARA EXPLORAR
El director de la excavación considera que existen más ruinas potenciales para explorar, aunque los edificios residenciales situados en la superfície exterior complican la excavación. Manbij, ubicado en el noreste de la Gobernación de Alepo, cerca de la frontera con Turquía y a 29 kilómetros al oeste del río Éufrates, está considerado como uno de los municipios antiguos de Siria más preciados. Dada la importancia de la zona en los siglos posteriores a la fundación del cristianismo, los arqueólogos creen que se podrían desenterrar más lugares relacionados con la religión cristiana en las áreas liberadas del autodenominado Estado Islámico.