10 de febrero del 2025
Gálatas 5:16-26
EL FRUTO NO PROHIBIDO
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. Gálatas 5:22-23 RVR60
En la Biblia, los frutos tienen un significado importante. Algunos, como el del árbol de la ciencia del bien y del mal, no nos traen muy buenos recuerdos. Era un fruto prohibido, lo que implicaba que nuestros primeros padres debían evitarlo a toda costa y no lo hicieron. Pero hay otro fruto que la Biblia nos presenta de una manera más atractiva, y que nos invita a buscar sin restricción. Se trata del fruto del Espíritu, un fruto que no brota de ninguna planta conocida, sino que florece en los corazones de las personas. Es mediante este fruto que podemos erradicar las obras que nuestra naturaleza humana caída produce. Pero este fruto solo es posible en nuestra vida a través de la gracia de Dios y es el Espíritu Santo quien se encarga de esta tarea. Dios no desea que el fruto del Espíritu sea solo un adorno, como los productos que se exhiben en una vitrina. Él espera que el amor, gozo y paz, se manifiesten en nuestras relaciones para traer salud en el compañerismo con otros. Él espera que la paciencia, la benignidad, y la bondad salgan a relucir al lidiar con las faltas y errores de los demás. Y que la fe, la mansedumbre y la templanza, nos permitan ser humildes en nuestro proceso de santificación. Tal vez usted no lo note, pero otros sí se percatarán de los cambios que indican que la madurez está llegando a su vida.
Te pedimos, Señor Jesucristo, que el terreno de nuestro corazón esté preparado para recibir la obra de tu Santo Espíritu. Ayúdanos a crecer en gracia y madurez espiritual. Amén.
Suena bastante familiar. Nos gustan los caminos cómodos, las soluciones fáciles, las opciones que no requieren gran esfuerzo. Eso puede ser saludable en ocasiones, y convertirse en un estilo de vida, al grado de evadir los caminos poco transitados, pero puede ser un problema al entrar en el terreno espiritual. Hay elementos de la vida cristiana que no se pueden eliminar, eludir, o minimizar, aunque la mayoría prefiera mirar para otro lado. Es el caso del amor en la vida cristiana. Es fácil hacerlo a un lado y poner atención a otros elementos de nuestra fe y práctica. Pero eso solo nos aleja de lo que distingue a un verdadero discípulo: el amor los unos por los otros. Esperamos que estos devocionales nos ayuden a profundizar nuestra comprensión del amor de Dios, y a permitir que nuestra vida se caracterice más y más por el amor al prójimo.
Huascar de la Cruz
Es casado y tiene 4 hijos. Ha sido pastor en México por largo tiempo, y en la actualidad funge como director de Ministerio Reforma.