Kathy Bryan guía y apoya a personas (principalmente mujeres) que han pasado por el mundo de la prostitución y buscan ayuda.
Kathy es la directora de Elevate Academy (un proyecto de la Iniciativa Rebecca Bender) y ha ayudado a más de 350 personas a superar su pasado, buscar sanación y planificar su futuro.
“En esta cultura, que es en la que yo crecí, nos dicen que la chica que está en la esquina o la joven que se paga la universidad haciendo striptease lo hacen porque quieren”, le dijo Kathy Bryan a Evangelical Focus. Pero la realidad es que el 87% de las mujeres que practican la prostitución son víctimas de trata de una manera u otra.
Algunos de los estudiantes a los que Kathy ha ayudado fueron vendidos a través de Backpage, una de las grandes páginas web de prostitución en Estados Unidos. El FBI cerró la web a principios de abril gracias a las nuevas leyes contra la trata.
Kathy explica lo que hacen ella y otros activistas cristianos para atender a las víctimas en su entorno.
Pregunta. Hace unas semanas Donald Trump firmó la ley FOSTA, que ayudará a los estados y a las víctimas a luchar contra el tráfico sexual online. ¿Qué implicaciones tendrá en la práctica?
Respuesta. No soy legisladora, pero desde principios de los 90 tenemos en Estados Unidos la Ley de Decencia de Comunicaciones (CDA, por sus siglas en inglés). Eso fue en el inicio de internet, y abrió camino para que los dueños de los sitios web no pudieran ser procesados por algo que otra persona hubiera publicado en su página web. Eso quiere decir que si yo publicara algo ilegal en Evangelical Focus vosotros no seríais responsables de esa publicación, lo que tiene mucho sentido.
Esa protección sigue vigente, con una excepción. Hasta que se aprobó la ley FOSTA, había páginas web como Backpage o Eros en las que se podían vender seres humanos. Si son los propios adultos los que se venden, no pasa nada, pero el problema era que se estaban vendiendo niños online. Sin embargo, las páginas web como Backpage no eran responsables a menos que participaran directamente (aunque en realidad estaban muy implicadas), y la ley CDA las protegía.
Teníamos que dar con algún resquicio que consiguiera hacerles responsables, por pequeño que fuera. En este caso eran responsables; hay muchísimas pruebas que demuestran que, a todos los efectos, estaban traficando con personas.
P. En las últimas semanas, el FBI ha bloqueado Backpage y otras grandes páginas. ¿Cómo está cambiando el horizonte de la prostitución en estos momentos?
R. Lo que ha ocurrido con SESTA (una ley vinculada) y FOSTA era muy necesario y ha sido muy bueno. Al mismo tiempo, supone otro obstáculo para las personas que han escogido permanecer en la prostitución. Las víctimas de trata sienten que han elegido este estilo de vida, por el lavado de cerebro y el abuso al que han sido sometidas.
Eso quiere decir que aún hay muchas personas que están siendo víctimas de trata pero que creen que es una elección personal. Y hay una pequeña proporción de “trabajadores sexuales” que han elegido este camino libremente, y esta ley les complica las cosas. Ha sido un daño involuntario de la SESTA y la FOSTA, pero no se puede permitir que una empresa obtenga beneficio; estamos hablando de cientos de millones de dólares.
Al final, tanto si estás en la calle como si estás en una habitación de hotel, la prostitución no es segura. Había quien argumentaba que prostituirse era más seguro si había páginas web como Backpage. Pero que te violen por dinero varias veces al día no es seguro, da igual dónde se haga.
P. Tal como dices, ha habido artículos en internet estos días que dicen que las nuevas leyes restringen las libertades de los usuarios de internet y la propia de las mujeres que deciden prostituirse.
R. La verdad es que la trata es muy peligrosa, tanto si tu comprador viene a través de un servicio online como si viene de un servicio de acompañamiento o de una esquina de la calle. El comprador sigue siendo el mismo, la única diferencia es que te está encontrando de diferentes modos.
Esta ley lo hace mucho más difícil. Muchas personas que trabajan ahora mismo en este “sector” no ejercían antes de que hubiera internet, y no saben cómo era antes de internet. Están teniendo que renovarse y adaptarse a la situación, por así decirlo.
Lamentablemente, la trata y la prostitución llevan siglos entre nosotros. Aprobar leyes como la SESTA y la FOSTA no va a acabar con la trata. Si un traficante solo tuviera una víctima, y ganara 1.000 dólares al día con ella, entonces estaría ganando 365.000 dólares al año. Sería absurdo pensar que los traficantes no encontrarían rápidamente otras formas de mantener ese flujo de ingresos.
Así que estas leyes no son para poner fin a la trata, sino para responsabilizar a las personas de aquellos actos por los que han de rendir cuentas.
Eso sí, hay que tener en cuenta que no todas las páginas web han sido clausuradas por el FBI. Otras páginas como Craigslist decidieron cerrar secciones de motu proprio, mientras que hay otras que siguen funcionando.
P. ¿Cómo trabajáis tú y tu equipo con el gobierno y la policía, y con las mujeres que buscan ayuda?
R. La semana pasada me llamaron dos personas que me dijeron “no sé qué hacer ahora”. Personalmente, lo que yo hago en esos casos es evaluar sus necesidades y saber en qué momento vital están. ¿Qué está ocurriendo en tu vida? ¿Quieres seguir en esta línea de trabajo? ¿No quieres? A continuación, les ayudo a averiguar cuáles son los pasos a seguir.
Si alguien se pone en contacto conmigo y quiere seguir donde está en ese momento (aunque muchas veces no se dan cuenta de que están traficando con ellas), entonces solo les hago sugerencias. Puede que suene extraño, pero les digo cosas como “contacta con tus clientes regulares, o encuentra un club de striptease o un servicio de acompañamiento…”. Solo les doy sugerencias. Para mí es lo mismo que darle un condón a alguien, porque me preocupa más su seguridad.
El lema de mi vida es “el amor siempre gana”. Si te acercas a alguien, a su entorno y eres cariñosa y amable, eso cuenta. Si esa persona es víctima de trata y yo estoy demostrándole amor en ese momento, en su entorno, y la estoy ayudando (no ayudándola a hacerse daño a sí misma, sino ayudándola a que consiga llegar al final del día de la mejor manera posible), cuando finalmente se dé cuenta de que quiere salir de ese mundo, adivina a quién va a llamar: a mí. Y entonces podré ayudarla a salir, que es lo que queremos.
Queremos ayudar a las personas a salir de esto, y no van a hacerlo si las avergonzamos. Contactarán con una persona que los haya visto en su entorno y que les haya demostrado cariño en su entorno. Por desgracia, no hay una respuesta fácil.
P. ¿Qué pasos hacéis con las mujeres que quieren abandonarlo y comenzar una nueva vida?
R. Va a depender de dónde estén. Yo haría ese primer contacto con ellas, les hablaría de nuestro programa online. Después haría una evaluación de dónde viven y cuáles son sus necesidades en ese momento. Algunas personas no necesitan un programa residencial. Por lo tanto, habría que ver en qué momento están.
Muchas veces podemos ponerles en contacto con recursos de la comunidad en la que viven. Como somos una academia online, estoy trabajando con supervivientes procedentes de todo Estados Unidos, y algunos de Canadá y de otros países. Si hablan inglés, pueden utilizar nuestra academia.
Nosotros estamos allí para dar apoyo y guía, les ponemos en contacto con asesores de vida profesionales. Fortalece mucho tener a otras personas a tu alrededor mientras decides llevar tu vida en otra dirección.
El objetivo de Elevate es ayudarles a entender que solo tienen una vida y que pueden hacer lo que ellos quieran con ella, que no tienen que vivir bajo el control de otra persona. Les enseñamos a soñar otra vez, les animamos a encontrar lo que hace que les palpite corazón y a que lo persigan.
P. ¿Cuáles son algunos de los estereotipos que contribuyen a perpetuar la prostitución como algo aceptable en Estados Unidos?
R. En esta cultura, que es en la que yo crecí, nos dicen que la chica que está en la esquina o la joven que se paga la universidad haciendo striptease lo hacen por elección propia. Que es lo que quieren. La verdad es que más de un 87% de esas mujeres no lo ha elegido, son víctimas de trata. Hay un porcentaje muy pequeño de personas que querían estar ahí y lo eligieron. No sé cuál es la estadística en Europa.
¿Cuánta gente crees que piensa “me estaba planteando ser enfermera, pero creo que en vez de eso voy a vender mi cuerpo 10 o 12 veces cada noche”? ¡No es el sueño de nadie! No es como lo enseñan en la tele, no es como “Pretty Woman”; es un estilo de vida muy traumático. Incluso si tienes un cliente que literalmente sólo quiere tener relaciones sexuales como las que tendría con su mujer, sigue siendo algo que no quieres hacer. Si quisiera tener relaciones sexuales contigo, no tendrías que pagarme. ¡Piénsalo!
Tenemos que cambiar la mentalidad de nuestra cultura. La gente tiene que darse cuenta de la realidad de que esa persona no quiere estar ahí, y la realidad aún más abrumadora de que están bajo control y obligadas a estar ahí.
El lavado de cerebro que sufren las personas con las que trafican es un añadido a esta situación. A veces la víctima está bajo la falsa creencia de que ha elegido eso; que, de alguna manera, es su culpa. Si investigas su historia y descubres que han traficado con esa persona desde que tenía trece años, le echa toda la culpa a una sola decisión; cree que fue una mala decisión iniciar una relación con la persona que empezó a traficar con ella. Tenía trece años, ni siquiera tenía que haber estado en esa situación; es culpa del manipulador.
P. En España, por ejemplo, cerca del 90% de las mujeres prostituidas son víctimas de trata y vienen de otros países, como Rumania o Nigeria. ¿Crees que los hombres que pagan por sexo son conscientes de esta realidad? Si no es así, ¿cómo podemos ayudar a que cambie su percepción?
R. Creo que algunos de ellos lo saben, y otros simplemente no se preocupan. La pornografía tiene mucho que ver con esto. Después de que una persona haya consumido pornografía durante un tiempo, quiere poner en práctica lo que ha visto. No sé cuánto sabes sobre pornografía, pero se ha vuelto increíblemente violenta. Estos hombres quieren poner en práctica algo que han visto, y su pareja no quiere hacerlo, así que van a buscar una prostituta. Piensan: “es una prostituta, está dispuesta, le debe gustar esto”. De este modo, la pornografía alimenta la prostitución.
Nuestra cultura celebra la cosificación de las personas de muchas maneras. La gente piensa cosas como: “el chico cumple 18, vamos a llevarle a un club de striptease”, o “se va a casar, vamos a contratar a una stripper para su despedida de soltero”.
Como sociedad tenemos que dejar de vernos unos a otros como objetos. Es muy egoísta y autocomplaciente. La situación solo va a cambiar si cambian los sentimientos que tenemos hacia los demás. Esto tiene que ver con la educación, y con hombres que alcen la voz y digan: “tío, eso no está bien, ¿sabes lo que estás haciendo?”. Y que todos hagamos responsables a los demás de sus actos.
Todavía no he conocido un hombre de los que contratan a una prostituta para pasar una noche que desee esa vida para su hija.
P. ¿Qué papel cree que juega la fe en el cambio de percepciones y a la hora de ayudar a las víctimas a salir de este mundo?
R. Elevate es un programa basado en la fe, y lo gestionamos de manera que todo el mundo sea bienvenido; no tienes que ser cristiano para unirte al programa. Aunque se basa en la fe, nunca será un requisito que crean lo que nosotros creemos. No les pedimos que oren, y no puedo obligarles a tener una relación con Jesús. Queremos mostrarles lo que nos funcionó a Rebecca [Bender] y a mí en nuestra sanación.
Yo personalmente creo que la fe es la única manera de conseguir la curación más grande posible a este lado del cielo. Personalmente, creo que Jesús es la respuesta a todos los problemas del mundo. Hemos intentado arreglar el mundo desde que se rompió, pero la única respuesta a todos nuestros problemas es Jesús. La iglesia es la respuesta, y con “iglesia” no me refiero al edificio sino a las personas que realmente son seguidoras de Cristo. Nosotros somos la iglesia, Jesús en nosotros es la iglesia, y nosotros somos la respuesta a este problema.
Sólo tenemos que alzarnos y amar como Jesús ama. Jesús no vino a darnos más reglas, sino que vino a amarnos, y eso es lo que tenemos que darnos los unos a los otros, por eso digo que “el amor gana”. Lo he visto una y otra vez.
Han venido mujeres a la academia con las que han traficado desde que eran adolescentes. Vinieron como budistas o ateas, pero cuando salieron de la academia no solo habían encontrado curación y experimentado un amor incondicional (a veces por primera vez), sino que también habían dado su vida a Cristo, o por lo menos se lo habían planteado. Había cambiado su percepción de quién es Dios.
Muchas personas que han sido víctimas de trata tienen historias diferentes. En algunos casos hay involucrado algún tipo de abuso relacionado con rituales satánicos, y en otros casos el abuso ha sido ejercido por pastores. Hubo un caso en el que la persona que traficaba era la esposa de un pastor. Eso da razones para decir “no quiero a Jesús, porque mira cuánto daño me han hecho la iglesia y las personas que se supone que aman a Jesús”. Pero Jesús realmente es la respuesta.
P. Entonces, ¿cómo se pueden involucrar mejor las iglesias en esta lucha?
R. Creo que el primer paso sería este: dejemos de tener miedo de hablar de sexo. Es un tema muy tabú, pero Dios fue el que inventó el sexo. En vez de crear más reglas y mirar por encima del hombro a las personas que aparentemente son inferiores a ellos, los cristianos deben acogerlos como lo hizo Jesús. Él nunca rechazó a nadie, y nosotros tampoco deberíamos hacerlo.
La vergüenza es la principal arma que usa el enemigo para mantener a la gente esclavizada, ya sea que hayan sido víctimas de trata o de abuso. La vergüenza es una de sus herramientas. Y muy a menudo esa vergüenza se ve incrementada. Tenemos que buscar formas de que la gente se sienta bienvenida. Para hacer que se sientan queridos sin importar cómo vengan, no deben ser rechazados.
Las iglesias están formadas por personas rotas, por eso vienen a Jesús. Así que siempre que vayamos a una iglesia debemos recordar que todos los que están sentados a nuestro alrededor están ahí por sus propias razones personales, y que nadie es perfecto.
Lo único que separa a la iglesia del mundo es un amor profundo por Jesús y el deseo de seguir Sus caminos. Hay muchas personas rotas, pero el amor gana.