Ramin Parsa, de 32 años, ciudadano iraní-estadounidense estaba a bordo del vuelo que pretendía hacer la ruta entre Durango y Ciudad de México, cuando se estrelló poco después del despegue del Aeropuerto Internacional Guadalupe Victoria.
Tras el accidente de la nave de Aeroméxico el pasado martes, milagrosamente ninguno de los 109 pasajeros falleció. Unos hablan de milagro, otros de suerte o de la pericia de los pilotos.
A favor del milagro está Parsa, pastor evangélico que era uno de los pasajeros. Ha difundido un video filmado con su teléfono celular en el despegue del avión, con los angustiosos segundos antes y después del incidente.
“FUE UN MILAGRO, JESUCRISTO NOS SALVÓ”
Relata tras el accidente Ramin Parsa:
“Estábamos en el avión, pero de repente cuando el avión empezó a despegar, empezó a detenerse y pegó con el suelo. Entonces cuando pegó con el suelo, empezó el fuego, el motor explotó y se salió de la pista.
No había puerta abierta, así que la gente empezó a llenar el pasillo sin que nadie pudiese salir. Yo estaba orando en el nombre de Jesús y de repente entró aire fresco. (Vi que) se abrió la puerta y salimos. Adentro el fuego venía hacia nosotros.
En el momento del choque solo podía orar. Incluso antes de que despegara yo sentía en mi corazón que el avión no debía salir, porque venía la tormenta, no sé por qué lo hicieron. El avión despegó y después de que despegó chocó pegó con el suelo.
Es un milagro que estemos vivos. Jesucristo nos salvó”.
EL VÍDEO
Este es el momento del accidente del vuelo 2431 de Aeroméxico ocurrido en Durango, visto desde adentro por Ramin Parsa. Era un pasajero sentado en una ventanilla del lado derecho del avión.
A los 40 segundos del video, el teléfono de Parsa se cae cuando el avión choca contra el césped cerca de la pista. En la filmación, de casi dos minutos de duración, se escuchan a niños y pasajeros adultos gritando.
Antes de que termine el video, se puede ver a los pasajeros tratando de salir del interior de la nave, que, se observa, está llena de humo.
El gobierno de Durango informó que la torre de control detectó que el avión fue afectado por una ráfaga de viento que lo hizo descender bruscamente, y tocar tierra con el ala izquierda, perdiendo los dos motores y cayendo a unos 400 metros de la pista de aterrizaje.