Los medios de comunicación modernos, los móviles y el Internet de alta velocidad se han convertido en una parte central de nuestra vida diaria. ¿Afectan en nuestra forma de experimentar la realidad? ¿Cómo deberían afrontar los padres los avances constantes?
“Como cristianos, necesitamos entender los tiempos en los que vivimos”, opina Cosmin Cret, un diseñador creativo y profesor asociado en el departamento de Medios de la Universidad Babes-Bolyai de Cluj (Rumanía).
Ha estado formando tanto a padres como a adolescentes a usar las nuevas tecnologías y redes sociales de forma sabia.
¿Qué hay del desarrollo que se está produciendo en la realidad virtual? El experto en medios de comunicación admite que puede convertirse en “una extensión del cuerpo humano que sin duda amputará nuestra percepción de la realidad”.
Lee la entrevista completa que Evangelical Focus le hizo a Cosmin Cret:
Pregunta. Mucha gente dice que las tecnologías de la comunicación están avanzando demasiado deprisa. ¿Qué opinas, deberíamos unirnos y utilizarlas? ¿Deberíamos distanciarnos de algunos de los recientes desarrollos?
Respuesta. El progreso de la tecnología es inevitable y sí, es rápido. Así que básicamente tenemos tres opciones: aislarnos, asimilar todo tal como se nos presenta, o usar la tecnología de forma responsable para nuetras necesidades.
Yo intento sacarle provecho intentando quedarme con lo bueno y evitando el lado oscuro. De hecho, la tecnología es neutral, solo es metal, plástico… pero la información, el contenido, es lo que nos puede dar problemas. Ser un nostálgico de los tiempos pasados cuando la tecnología no estaba tan presente simplemente no sirve para nada.
P. ¿Crees que los jóvenes estarán sobreconectados en el futuro y que afectará a sus relaciones personales del mundo real?
R. Eso ya está pasando. Las tecnologías móviles están acelerando el proceso. Es muy cierto que palabras como intimidad, privacidad e incluso amigo, compartir, conectar, seguir… han adquirido nuevos significados.
Las vidas de los jóvenes son una mezcla de real y virtual, y parece que cada vez les cuesta más vivir en el mundo real. En las clínicas ya se están tratando enfermedades psicológicas causadas por un exceso de redes sociales, por ejemplo. Creo que esto tendrá más consecuencias de las que todavía no somos conscientes.
P. ¿Qué sugieres a los padres cristianos acerca de educar a sus hijos en el uso de las nuevas tecnologías?
R. Como padre, el peor de los casos es rechazar los medios de comunicación y la tecnología. Uno puede formarsepara tener un nivel donde eres consciente de lo que hay y por lo tanto como padre puedes tener control de la vida digital de sus hijos. Los padres necesitan adentrarse en el mundo de sus hijos y empezar a conocer y utilizar la tecnología. No pueden hacer ver que los medios de comunicación no influyen.
P. ¿Crees que la gente de países de la Europa del Este van por delante y están más interesados en usar tecnologías que los que viven en países de Europa occidental?
R. Sin duda, la Europa del Este es un mercado creciente y por lo menos en el caso de Rumanía, la cobertura y velocidad de Internet en las áreas urbanas está en el top 5.
Eso dice mucho. Internet barato y rápido, varias empresas de telefonía móvil que ofrecen buenas ofertas, etc.
P. Danos un ejemplo real sobre cómo los padres a veces son ‘anticuados’ comparado con lo que sus hijos saben sobre las redes sociales, teléfonos móviles…
R. Creo que lo más gracioso es que algunos padres simplemente no entienden la falta de privacidad en las redes sociales. Por ejemplo, publican mensajes privados en su muro o en comentarios públicos.
Algunas situaciones son o muy graciosas o muy vergonzosas, sobre todo cuando les dejan comentarios a sus hijos. El uso de smartphones también es un problema para muchos de ellos, sobre todo para la generación más mayor. ¡Aún piensan que un teléfono solo es un teléfono!
P. Has desarrollado un programa para usar en las iglesias de Rumanía que ayuda a los padres a conectar con las nuevas tecnologías y a usarlas bien. Háblanos un poco de ello.
R. Cuando empezamos nuestro programa Media Safe (seguridad en los medios de comunicación), no nos dimos cuenta de la gran necesidad que hay de formación en este campo. Más tarde, viajando por los Estados Unidos, obtuve las mismas respuestas de otros padres.
Desde entonces nos invitan a diferentes conferencias, encuentros de jóvenes y padres, para que compartamos nuestra experiencia. Reuní a un pequeño grupo de cristianos profesionales de medios de comunicación con tal de enfocar los temas de la mejor manera que pudimos. Este tema nunca caduca, así que creo que aún queda mucho por hacer en este campo, y no solamente en la iglesia.
P. ¿Dónde estaremos dentro de 10 años? ¿Los avances como la realidad virtual serán buenos, malos o simplemente neutros?
R. La realidad virtual no es nada nuevo, pero sí que se está mejorando. Si consigue crear una buena experiencia para los usuarios, creo que muchos la adoptarán.
Hará que la línea entre el mundo real y virtual sea más delgada, nuestros cerebros se intentarán adaptar… están en camino mucha confusión e incertidumbre.
Creo que en este caso no se trata de un avance neutro, es una extensión del cuerpo humano que sin duda amputará nuestra percepción de la realidad.
P. ¿Algo más que quieras añadir?
R. Como cristianos necesitamos entender los tiempos en los que vivimos. Usamos el lado bueno de los medios de comunicación en nuestras iglesias. Dependemos de las tecnologías para nuestra comunicación, servicios públicos, administración, etc.
A nivel personal, si sabemos marcar un límite, nos fortaleceremos en nuestra fe y seremos capaces de educar mejor a nuestros hijos.
SOBRE COSMIN CRET
Cosmin Cret vive en la región de Cluj-Napoca, Rumanía. Trabaja como diseñador creativo para RomaniaOne y la empresa nacional de medios de comunicación PressOne.
Es el director de medios de comunicación de 4DMinistries International, y trabaja como profesor asistente en el departamento de medios de comunicación de la facultad de teatro y televisión de la Universidad Babes-Bolyai, situada en Cluj.
Ha estado trabajando en ministerios de jóvenes y niños durante 16 años y está involucrado en una nueva plantación de iglesia.