Siete grandes denominaciones cubanas dan el paso de crear una asociación propia al no sentirse representadas por el Consejo de Iglesias.
El acta fundacional, rubricada en el Campamento Metodista Canaán en la provincia de Villa Clara, reúne las firmas de 28 líderes de la Liga Evangélica de Cuba (LEC), las convenciones Bautista Occidental y Oriental, Iglesia Buenas Nuevas, Metodista, Asambleas de Dios, e Iglesia Evangélica Betel.
El CIC, nacido en 1941 como Concilio de Iglesias Evangélicas ha sufrido varias transformaciones, entre ellas la introducción del ecumenismo en los años 70, que en 1989 posibilitó a instituciones no cristianas ser incluidas como asociados fraternales, por ejemplo, la Comunidad Hebrea y la Asociación de Autorrealización Yoga.
El control al que está sometido el CIC por parte del Estado cubano le ha hecho perder prestigio dentro de la comunidad creyente nacional, así como continuas intervenciones sobre la entrada y distribución de Biblias en el país.
La AEIC, a la que pertenecen asociaciones religiosas no adscritas al CIC, “se sienten motivadas a trabajar unidas en la defensa de los valores bíblicos”, argumentó la declaración.
En lo que va de año la LEC y otras denominaciones han dado cuentas de la negación de visas religiosas para varios invitados internacionales a actividades eclesiales. Tales agresiones suceden tras la votación a la nueva constitución cubana, cuando cayeron a niveles inéditos en la historia revolucionaria los porcentajes a favor de la propuesta estatal y en lo que fue decisiva la actuación de la comunidad cristiana nacional.
Esta situación se reflejó en la reiterada negativa de líderes evangélicos a las presiones del Partido Comunista para que apoyaran el texto constituyente y el rechazo público de ese documento por parte de miles de feligreses.
“No puedo votar a favor de algo que va en contra de muchos de mis principios, es triste pero es una realidad”, aseguró a The Associated Press la pastora Álida León, presidenta de la Liga Evangélica de Cuba.
En un país donde los grupos de oposición cuentan con pocos adeptos, la parte más fuerte de la sociedad civil está entre los cristianos (tanto católicos como evangélicos), por ese motivo en décadas pasadas a sus miembros se les prohibía acceder a carreras como periodismo o pedagogía, y hoy aún se les impide acceder a los medios de comunicación.
Los creyentes pidieron cambios al texto constituyente, entre ellos un reconocimiento más explícito de la libertad de conciencia, mayor libertad de expresión y el mantenimiento del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer. En ese empeño fueron el grupo que mayor enfrentamiento tuvo con el Estado.
Este es el acta fundacional de la nueva Alianza Evangélica de Cuba: