¡Qué extraño título para este artículo! Pero es que estamos pensando en este hoy -sábado antes del sábado de gloria- que la cristiandad llama el sábado de gloria. Pero, un momento, estamos a una semana que se celebre el sábado este. Y nosotros hablamos con esta semana de anticipación para procurar encontrar en la Biblia lo que puede haber sucedido antes de entrar a la celebración de la semana santa o mayor.
Qué mejor que buscar en el evangelio de Lucas, para encontrarle algún sentido a todas estas fiestas tradicionales en las que nos embarcamos los cristianos. Sí, porque lo celebramos todo: la vida, la muerte, la resurrección… y no se trata de una ironía. Porque el relato de la Biblia se inscribe en lo que es la vida de todas las personas que saben de todo eso (y en lo de lo último mencionado, bueno, es por fe…)
Es posible, por qué no, que el diálogo que transcritos, del evangelio de Lucas, capítulo 17 pudiera formar parte de esta preparación: “Los fariseos le preguntaron a Jesús cuándo había de llegar el reino de Dios, y él les contestó: —La venida del reino de Dios no es algo que todo el mundo pueda ver. No se va a decir: “Aquí está”, o “Allí está”; porque el reino de Dios ya está entre ustedes”.
¿Pensaban en “el reino” los seguidores del nazareno cuando escuchaban las parábolas, veían los milagros y lo más cercano: oían que ya el Mesías se aproximaba a las horas más negras de su experiencia terrena? Probablemente no. Tampoco se imaginaban que aquel se identificaría como rey llevaría una corona de espinas.
Y la paradoja está ahí: dice Jesús que el reino ya está entre nosotros, aunque no todo el mundo lo pueda ver. Porque este reino significa el dominio de Dios sobre toda la creación y todas las esferas donde se desenvuelve el ser humano. Cuestión sujeta a interpretación y objeción. Por eso algunos no lo pueden ver.
Son enseñanzas de preparación ante las oscuras horas que vendrían. Porque ante la adversidad hasta los más valientes tiemblan. Y esa promesa de un reino, pero mejor aún, de un rey que ya estaba presente era la mejor promesa que los seguidores y seguidoras del Mesías podían tener. Promesa que sirve hasta ahora.
(Guillermo Serrano, Sábado 24 de Marzo, 2018).