Las profecías bíblicas y el Covid 19

El covid 19 ha tomado al mundo por asalto. Cuando las primeras alarmas se empezaron a encender en cuanto a la peligrosidad del virus que lo produce, algunas naciones y líderes no se imaginaban de qué magnitud era tal amenaza. Y aun hoy, a pesar de escuchar las noticias escalofriantes provenientes del sur de Europa, en algunos países se quieren apresurar los tiempos de contingencia para continuar lo más pronto posible con la actividad económica y social.

En el ámbito eclesiástico también se han dejado sentir los efectos de la ahora temible pandemia. En algunos casos, con cierta reticencia, algunas iglesias han tenido que cesar sus actividades, e intentado utilizar los avances tecnológicos para improvisar la atención pastoral y espiritual a los fieles. En muchos de los mensajes que hoy escuchamos se busca ofrecer aliento y dar esperanza a un mundo que se encuentra hoy al borde del colapso.

Al observar este panorama de incertidumbre y angustia global, es difícil esquivar la pregunta en cuánto a cómo se relacionan estos acontecimientos con las profecías bíblicas del fin de los tiempos. Para responder a esto un buen número de predicadores ha aprovechado la oportunidad para esgrimir teorías escatológicas personales, otros han ubicado estos acontecimientos dentro de su particular tradición teológica, y no podemos ignorar a aquellos que miran con escepticismo cualquier relación del Covid 19 con las profecías bíblicas.

Vale la pena señalar, aunque sea de una manera general, que la profecía bíblica no solo incluye un elemento predictivo, aunque este sea el que más llame la atención. También cumple una función pedagógica fundamental para el pueblo de Dios, ya que nos enseña a leer los acontecimientos actuales a la luz de la voluntad de Dios revelada en su Palabra. De allí que cuando los profetas del Antiguo o del Nuevo Testamento proclaman su mensaje es fácil detectar referencias constantes a la ley y a la historia registrada en la Escritura.

El tema de las epidemias aparece a menudo en las Escrituras, y, por lo general, se le incluye dentro de pestes y plagas. Cuando llegamos al Apocalipsis, notamos que el tema es recurrente, sobre todo en la parte central del libro en el que se encuentran las visiones de los sellos, trompetas y copas. Es allí donde el tema encuentra su aplicación teológica final, pero que se alimenta del consenso bíblico total. Algunas de las enseñanzas acerca de este tema que podemos mencionar son las siguientes:

  • Las enfermedades y las epidemias vienen como resultado de la entrada del pecado en el mundo. Por eso, el libro de Apocalipsis culmina las visiones afirmando que en el nuevo mundo no habrá más maldición, y la salud estará garantizada por el árbol de la vida (Apocalipsis 22:2-3).
  • Dios usa las pestes como una forma de castigar a sus enemigos, como es el caso de la sexta plaga sobre Egipto (Éxodo 9:8-12). En el libro de Apocalipsis encontramos una referencia a las plagas de Egipto, con esta misma función (Apocalipsis 16:2).
  • Las pestes representan también una manera en que Dios corrige a su pueblo cuando éste es desobediente a su voluntad. Levítico 26 es interesante porque el ritmo de una serie de siete castigos se repite cuatro veces, formando así un paralelo con las series de siete juicios en el libro de Apocalipsis a los que hemos hecho referencia anteriormente. Es interesante leer el primer castigo que se menciona en ese capítulo: “…enfermedades debilitantes y altas fiebres que harán que sus ojos fallen y que su vida se consuma poco a poco” (Lev. 26:16 NTV).
  • El hecho de que el pueblo de Dios haya sido objeto en ocasiones de manera directa de estas plagas como consecuencia del juicio de Dios por su desobediencia, nos recuerda que vivimos en un universo moral, en el cual Dios utiliza a la creación como su instrumento para castigar a la humanidad, incluido su pueblo. En algunos de estos casos, el uso de los elementos naturales se debe también como un ataque directo de Dios a todas aquellas cosas en que la humanidad ha puesto su confianza, y hecho a un lado al Creador de esas cosas. En ese sentido, las plagas de Egipto sirven como ejemplo.
  • Esto nos indica que negar que Dios tenga alguna relación, directa o indirecta, en eventos como el Covid 19, independientemente si refleje el cumplimiento directo de alguna profecía bíblica, es reducir su carácter soberano y su derecho a intervenir en los asuntos humanos, cuándo y cómo considere apropiado. La creación sigue sujeta a sus designios, y la historia humana
  • Quizá el escenario más parecido que encontramos en la Biblia en referencia al fin de los tiempos es el de las siete trompetas del Apocalipsis (8-9). Esos juicios, modelados en base a las plagas de Egipto, nos hablan de juicios parciales, que sirven de advertencia a una humanidad que ha puesto su confianza en ídolos. Por supuesto, que diferentes tradiciones teológicas divergen en cuanto al tiempo en que estas trompetas van a tener lugar, pero en cualquier caso, los paralelos a nuestra actual situación son muy grandes.

Es digno de notar que, aunque de forma resumida, el resultado que esas trompetas producen no ofrece un panorama como para ser optimistas: “los que no murieron en esas plagas aun así rehusaron arrepentirse de sus fechorías y volverse a Dios” (Apocalipsis 9:20 NTV).  Esperemos que con el Covid 19 no sea ese el caso. Si  como seres humanos no hemos podido hacer frente a un agente microscópico con todos nuestros avances tecnológicos, no esperemos que podamos seguir siendo capaces de mantener nuestra actitud soberbia en contra del Dios del universo. Y visto desde este punto de vista, éste es quizá el mejor momento que en mucho tiempo hayamos tenido para proclamar la esperanza que tenemos en Cristo, y la certeza plena de que, si no ahora, algún día este mundo tal y como lo conocemos llegará a su fin.

 

Rev. Huascar de la Cruz
Director de Ministerio Reforma