Una crisis de gobierno en Australia ha llevado al cambio del primer ministro, del partido liberal. Malcolm Turnbull ha sido relevado de su cargo, que ha pasado a ser ocupado por Scott Morrison.
El nuevo primer ministro es un político con más de diez años de experiencia como parlamentario y una quincena desempeñando distintos cargos de relevancia en el partido. Pero en su elección, uno de los aspectos que más está destacando tanto la prensa nacional como internacional, es su fe evangélica. Una fe que, según Morrison, no forma parte de ninguna agenda política sino una convicción firme como seguidor de Jesucristo.
TRAYECTORIA
Morrison es el primer mandatario australiano que se define abiertamente como pentecostal. Antes de su posición actual, ha sido ex tesorero y ministro de servicios sociales, ministro de inmigración y protección fronteriza.
En este último puesto destacó por su posición firme en cuanto a la protección ante la inmigración irregular, algo que también le ha hecho blanco de diversas críticas.
Como destaca la periodista Deborah Cornwall en un artículo en The Australian, Morrison definió a “la familia y la fe” como “las influencias más importantes en mi vida”.
“Nuestra tarea no es pedir a Dios que esté de nuestro lado, sino orar fervientemente para que nosotros estemos a su favor”, dijo Morrison al parlamento en 2008.
En otro discurso criticó que se considerara a menudo a los cristianos como “extremistas” o ajenos a las tendencias de la sociedad australiana.
En el reciente debate sobre la legalización del matrimonio homosexual en Australia, Morrison se manifestó en contra y denunció que se estaba convirtiendo a los defensores del matrimonio tradicional en blanco de odio e intolerancia.
Varios analistas apuntan a que entre sus objetivos está el garantizar la libertad religiosa y luchar contra la discriminación por creencias.
MIEMBRO DE UNA IGLESIA EN SIDNEY
Scott Morrison es miembro de la Iglesia Horizon, en el sur de Sidney. Se trata de una iglesia pentecostal de fuerte crecimiento en los últimos 30 años.
Brad Bonhomme, pastor principal de la iglesia, explicó al diario Sidney Morning Herald que Morrison, su esposa Jenny y sus hijas Lily y Abigail son asiduos a las reuniones dominicales en la iglesia, que suele contar con unos 2.000 asistentes.
El pastor aclaró que la iglesia no tiene una filiación política específica. “No tenemos participación en la formulación de políticas ni en la toma de decisiones”, explicó Bonhomme, que se mostró “encantado y emocionado” por el nombramiento de Morrison.
“Nuestro primer ministro es cristiano, va regularmente a una iglesia y mi trabajo es proporcionarle un lugar donde expresar su fe. No profundizo mucho en lo que respecta al mundo político de Scott, mi papel en su vida se basa más en la fe”, dijo el pastor.
Morrison se ha mostrado a favor de la participación activa de los cristianos en la construcción de la sociedad australiana. “Australia no es un país secular, es un país libre -dijo en un discurso-. Es una nación donde tienes la libertad de seguir cualquier sistema de creencias que elijas. La laicidad es solo una. No debe tener más presencia que ninguna otra en nuestra sociedad”.