Una boda real anglicana a ritmo de Gospel

El príncipe Enrique y Meghan Markle se han casado en un culto anglicano con toques estadounidenses. Una mezcla de predicación con oraciones, música clásica, un coro gospel, así como un toque de soul.

El palacio de Kensington publicó ayer el programa de la ceremonia de hoy sábado en la Capilla de San Jorge del siglo XV en el Castillo de Windsor.

El obispo de la Iglesia Episcopal estadounidense, Michael Bruce Curry, que en 2015 se convirtió en el primer afroamericano en presidir la Iglesia Episcopaliana de Estados Unidos, pronunció un apasionado discurso sobre el poder del amor para «ayudar y curar», con citas a Martin Luther King. Es la primera vez un reverendo afro-americano oficia una boda real. Famoso por su encendida defensa del matrimonio gay o los derechos civiles, su alocución —leída, por cierto, en un iPad— no ha dejado a nadie indiferente.

La ceremonia estuvo basada en la liturgia Common Worship, la opción de más moderna de varias dentro de la Iglesia de Inglaterra, e incluye oraciones e himnos, así como lecturas y selecciones musicales elegidas por la pareja y su familia.

La selección musical incluyó obras de Johann Sebastian Bach, Edward Elgar, Gabriel Faure y Franz Schubert. El coro de la capilla interpretó obras como un motete del compositor inglés del siglo XVI Thomas Tallis.

Un coro gospel de Londres, The Kingdom Choir, ha cantado en la que fue la primera actuación de un coro de góspel en una boda real, quienes han interpretado la canción ‘Stand by me’ de Ben E. King.

Jane Fellowes, hermana de la fallecida madre de Enrique, la princesa Diana, leyó un fragmento del “Cantar de los cantares”, una oda al poder del amor que dice: “Las aguas torrenciales no pueden apagar el amor, ni los ríos anegarlo”.

Meghan y Enrique debieron prometer fidelidad: “En la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida”.

Frente a 600 invitados a la boda, Meghan y Enrique se intercambiaron los anillos antes de que Justin Welby (arzobispo de Canterbury) los declarase marido y mujer con las palabras: “Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre”.

Después los recién casados salieron de la capilla con el allegro de la «Sinfonía No. 1» del compositor del siglo XVIII William Boyce, y los sonidos gospel de «Amen/This Little Light of Mine».

Fuente: http://protestantedigital.com/sociedad/44750/Una_boda_real_anglicana_a_ritmo_de_Gospel