BOLIVIA
Por Patricia Flores-Para WACC-Al.
El 8 de marzo conmemoremos el Día Internacional de la Mujer, gracias a las luchas emancipadoras de mujeres obreras por igualdad de derechos y ciudadanía, por lo que inicialmente se conmemoró el Día Internacional de la Mujer Trabajadora como reconocimiento a las demandas revolucionarias durante la Revolución Industrial de mujeres trabajadoras, principalmente de la industria textil, y que de manera coinciden en el mes de marzo marcaron la historia con acontecimientos dolorosamente emblemáticos registrados por la historia1.
Luchas que cobrarían notoriedad desde mediados del siglo XIX cuando diversos movimientos reivindicativos lucharan por el sufragio de las mujeres, la igualdad, denunciando, la opresión familiar, laboral y social, que daría paso a la primera ola
feminista sufragista con la emergencia de figuras importantes como las de Flora Tristán, una valiente mujer peruana/francesa y los primeros grupos feministas al interior del movimiento obrero y en los movimientos anarquistas emergentes hacia finales del siglo XIX, alimentados por el pensamiento de Federico Engels y que demandan la separación de maternidad y sexualidad, liberación femenina, planificación familiar, cuidado compartido de los hijos, difusión de métodos anticonceptivos o voto universal.
El 8 de marzo de 1857 por primera vez trabajadoras de una fábrica de textiles en Nueva York protestaron para que se mejores sus condiciones laborales, remuneraciones justas y condiciones laborales equiparables a la de los hombres,
frente a las condiciones de explotación de las que eran objeto, el resultado fue la represión policial, pero en lugar de acallar sus demandas, el movimiento se fortaleció y dos años después fundaron un sindicato que les permita mejoras sus condiciones laborales, por lo que años después, el 28 de febrero de 1909 en Estados Unidos por primera vez se celebra el Día de las mujeres socialistas luego de una declaración emanada por el Partido Socialista de Estados Unidos.
En agosto de 1910 la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, reunida en la capital de Dinamarca se proclama el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, atendiendo la propuesta de las mujeres socialistas y luchadoras alemanas Luise Zietz y Clara Zetkin, como jornada de lucha por los derechos de las mujeres, la
misma que se aprueba unánimemente por más de cien mujeres representantes de 17 países con el objetivo de promover la igualdad de derechos y el sufragio.
Un año después, el 25 de marzo de 1911, se produce la tragedia de Nueva York en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist en la que mueren más de 140 mujeres, con casi un centenar de heridas por las pésimas y paupérrimas condiciones laborales a la que son sometidas las trabajadoras, lo que obliga a modificar la
legislación laboral de ese país. Tragedia que alcanzaría grandes repercusiones y que posteriormente se retomaría como referente histórico en las conmoraciones del Día Internacional de la Mujer por las condiciones laborales inhumanas que condujeron al desastre.
Antes de la Primera Guerra Mundial en 1913 y en el marco de los movimientos a favor de la paz Rusia celebra el primer Día Internacional de la Mujer, posteriormente se sumarían Alemania, Dinamarca y Suecia, para extenderse a los demás países europeos con una serie en mítines y manifestaciones masivas
protestando contra la guerra y para levantar voces de solidaridad a favor de las mujeres trabajadoras del mundo.
Después de la revolución de octubre, la feminista rusa Alexandra Kollontai, otra valiente revolucionaria que recientemente nombrada como Comisaria del Pueblo para la Asistencia Pública logra el voto para la mujer, que fuera legal el divorcio y el aborto) y que se reconozca oficialmente al 8 de marzo como fiesta oficial de la Unión Soviética, aunque laborable.
En este contexto emergen otras figuras fundamentales Clara Zetzkin y Rosa de Luxemburgo, Clara Zetkin precursora del feminismo socialista y cercana al comunismo, que luego de la Primera Guerra Mundial, desempeña un rol fundamental en el nuevo Partido Comunista de Alemania.defendió la lucha por la igualdad de derechos y el derecho al voto, impulsando el movimiento femenino en la socialdemocracia alemana y entre los años 1891 y 1917 editó el periódico “Igualdad” y en 1907 se
convirtió en líder de la nueva Oficina de la Mujer del
Partido Social Demócrata – SPD y fue ella la que decidió que a partir del 8 de marzo de 1911 se considere el Día Internacional de la Mujer o el “Día de la Mujer Trabajadora”.
Cuando Adolfo Hitler y el partido nacional-socialista toman el poder, Clara Zetzkin huye de la persecución y se exilia en la naciente Unión Soviética donde muere el 20 de junio de 1933 a la edad de 76 años, sus restos fueron sepultados en la muralla del Kremlin en Moscú.
Lucha que libraría conjuntamente con Rosa Luxemburgo destacada teórica marxista, filósofa, historiadora, estudiosa de economía política y matemáticas, así como las crisis económicas y de intercambio de stock y al igual que Clara Zetzkin militante activa del Partido Socialdemócrata Alemán se opuso a la I Guerra Mundial por considerarla un “enfrentamiento entre imperialistas”. Fundó el periódico La Bandera Roja en el que pondría de manifiesto su crítica a la acumulación del capital y sostiene que la forma soviética de hacer la revolución no puede ser universalizada para todas las latitudes.
En 1915 Rosa Luxemburgo y Clara Zetkin organizaron la primera conferencia internacional de mujeres contra la Primera Guerra Mundial, la primera fue cofundadora de la Liga Espartaquista en 1916 y luego se unió al nuevo Partido Comunista de Alemania en 1919 para defender las causas de los obreros y principalmente de las mujeres obreras, en cuyo seno llegó a ser miembro del Comité Central.
Durante la Revolución de 1919 en Berlín Rosa de Luxenburgo fue partícipe, a pesar de que el levantamiento se realizaría a pesar de sus objeciones. La revuelta fue sofocada con la intervención del ejército y la actuación de las fuerzas de los ‘cuerpos libres’, excombatientes nacionalistas de derecha, y que a su término
cientos de personas, entre ellas Rosa Luxemburgo, serían encarceladas, torturadas y asesinadas.
Posteriormente la conmemoración se extiende a distintos países y continentes, hasta que en 1977 la Asamblea General de Naciones Unidas proclama al 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional en homenaje a la lucha de mujeres en el mundo por promover y defender la
participación igualitaria de las mujeres en la sociedad y el desarrollo de las personas y de los derechos humanos.
El año 2011 se celebró el Centenario del Día Internacional de la Mujer, con la institucionalización de ONU MUJER, como la Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer, reconociendo la tras cendencia de los procesos emancipatorios de las mujeres principalmente a lo largo del siglo XX.
Cabe destacar que los movimientos en defensa de los derechos de la mujer durante los últimos cien años ha sido creciente, con varios hitos destacables como las el decenio de las mujeres durante la década del setenta y posteriormente con las cuatro conferencias mundiales sobre la mujer, la promulgación de la
Convención Contra Toda Forma de Discriminación contra las Mujeres CEDAW y otras normativas de alcance universal, las que han contribuido a que la conmemoración del Día Internacional de la Mujer sea un punto de convergencia a favor de los derechos de la mujer y su participación en la vida política y económica.
La CEDAW fue adoptada en 1979, proporcionando un marco legal internacional para que los Estados miembros de Naciones Unidas avances en legislaciones y normativas para avanzar en la eliminación de la discriminación de género y para que alcancemos la igualdad de derechos entre las personas. A la fecha más de 186 Estados han ratificado la Convención y de manera específica ha sido ratificada por todos los Estados de América Latina y el Caribe hispano.
En las últimas décadas se constata que en nuestro continente, América Latina y el Caribe, hemos avanzado en la consolidación de legislaciones que amplíen las fronteras para ejercer y proteger los derechos humanos de las mujeres, y este desarrollo en buena medida tiene justamente como plataforma de acción a la Convención como una pieza clave que ha obligado a que los Estados asuman dichas medidas, que luego se han traducido en políticas públicas nacionales o locales para avanzar en la igualdad y en el ejercicio de derechos fundamentales,
así como en las conquistas de nuestros derechos políticos, sociales, económicos y culturales.
Sin embargo estos avances no hubiesen sido posibles sin una sociedad civil fortalecida, uno de los rasgos sustantivos del continente, porque en los distintos países y con sus matices particulares, gracias a los movimientos de mujeres principalmente de los últimos treinta años hemos demandado para que nuestros estados defiendan y garanticen nuestros derechos.
Somos conscientes que nos quedan largos caminos para acortar las brechas de las desigualdades y somos consientes que el nudo más doloroso en el que poco hemos avanzado es la erradicación de la violencia contra las mujeres en sus diversas formas, principalmente la intrafamiliar y cuyo rostro más doloroso es el
feminicidio y la impunidad de la justicia.
La violencia ejercida contra las mujeres principalmente niñas y adolescentes en situaciones de conflicto, la migración y el rostro perverso de la trata y tráfico de mujeres de distintas edades pero en la mayoría de los casos, en situación de pobreza…. Estos son los capítulos dolorosamente pendientes que debemos saldar.
Por ello debemos seguir insistiendo para que nuestros Estados tomen medidas legislativas pero insertas en estrategias integrales para combatir y erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres, y para que la justicia cambie su base
patriarcal y de re victimización de las mujeres, garantizándonos el ejercicio y defensa de nuestros derechos.
Sólo así sabemos que podremos avanzar con mayor seguridad en otras esferas como las políticas, las económicas, las sociales o las culturales; y porque el mundo sabe que las mujeres ya estamos en la vida pública de nuestros país y por tanto,
debe garantizar nuestra participación en tanto reparación histórica y derechos conquistados, con asignación equitativa de recursos, legislaciones y medidas afirmativas; porque somos la mitad del mundo, la mitad de la vida!!
La Asociación Mundial de Comunicadores Cristianos – WACC reafirma su compromiso para fortalecer los derechos de las mujeres, fortalecimiendo la no discriminación y la defensa de los derechos humanos, porque derecho que no se conoce, es derecho que no se ejerce y por tanto, derecho que se pierde.
Fuente: http://alc-noticias.net/es/2015/03/02/somos-la-mitad-del-mundo-somos-la-mitad-de-la-vida/