Resumen del Compromiso de Ciudad del Cabo:
En Hechos 10 se le muestra a Pedro una visión en la que ve animales considerados impuros y recibe la orden de comerlos. Inmediatamente llegan a la casa en la que Pedro estaba alojado los enviados por un centurión romano, por tanto no perteneciente al pueblo judío. Pedro, sin embargo, saca la consecuencia de que la visión no está tanto relacionada con la comida, sino con las personas: “A nadie debo llamar impuro”.
La diversidad étnica es un don de Dios y parte de su plan para la creación. La consecuencia del pecado es no valorar esta diversidad y eso produce heridas difíciles de sanar. Se debe afirmar de manera positiva la identidad étnica de los cristianos. La torre de Babel podría ser una demostración no sólo del juicio sino del amor y la gracia de Dios. Todos eran un mismo pueblo… aunque se separaron, en cada uno en distintos lugares del mundo, había algo común. Por lo que no debe haber tanta diferencia. Puede que la solución sea una Babel pero re-enfocada hacia Dios, redimida y restaurada, no un conglomerado uniforme, sino que la nueva Jerusalén recoge la diversidad de todo pueblo, lengua, nación, cultura, etc.
La tarea de la Iglesia ahora puede ser resumida a partir de la palabra: Reconciliación. Una reconciliación vivida en la propia Iglesia, proclamada en las calles y propuesta en medio del conflicto.
1. ¿Cuál es la situación en España de este tema? Listar la problemática y escoger aquellos puntos que valoremos como más necesitados de intervención.
– Como país nos falta cultura democrática, de diálogo, de debate, de escucha, etc. Eso nos dificulta el apreciar la cultura del otro y conduce a diversos nacionalismos, centrales o periféricos, que pueden volverse excluyentes. La dificultad para el diálogo y el intercambio de ideas no se queda sólo en lo político, sino que se extiende a muchas esferas en la sociedad.
– Echamos en falta una memoria histórica más precisa, pero que sabe perdonar los acontecimientos vividos durante años. Recordar y perdonar, no olvidar.
– Somos una España cada vez más intercultural, especialmente debido la inmigración. Habiendo incluso, en las grandes urbes, grupos étnicos poco permeables y, en cierto sentido, cultural y socialmente aislados. Lo étnico y territorial van ligados, porque las propias etnias establecen territorios donde convivir. Hay tensiones culturales, tanto en el lado del local como del inmigrante, no resueltas que pueden ser el germen de problemas de convivencia en el futuro. Se sigue con el debate del propio modelo entre: integración o adaptación.
– Se suma la falta de identidad como país y la crisis de identidad individual que dificulta el generar un sentido de pertenencia. Hay un debate permanente entre el deseo de una mayor uniformización y el deseo de respeto a los trazos particulares de identidad. No se ha conseguido que las distintas culturas generen un sentido de pertenencia al conjunto como en otros países culturalmente diversos.
– Estas tensiones no se producen sólo entre población autóctona y colectivos recién llegados, sino que hay tensiones culturales que afectan a la etnia gitana, culturalmente dejada a un lado, marginalizada, sin encontrar una solución a lo largo de los siglos.
2. ¿Cuál es la situación en la Iglesia y cómo ésta podría contribuir para revertir las consecuencias del mal en esta área concreta?
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3. ¿Qué tres medidas concretas habría que empujar en los próximos tres años para ver resultados reales en la sociedad?
– Foros de reflexión sobre intercambio cultural, fomento de integración y capacitación para el diálogo, mediación cultural, etc. Promover un acercamiento, sin prejuicios de ambos lados, con las iglesias gitanas.
– Conocer la memoria histórica y reconocer los fallos y los aciertos para construir propuestas concretas de reconciliación en los diferentes conflictos étnicos y territoriales. Proponer a las Iglesias un pacto por el lenguaje, excluyendo en nuestros medios cualquier lenguaje de conflicto.
– Pedagogía intencional en las iglesias: enseñar en las iglesias la profundidad de la integración que presenta la Biblia, la aceptación cultural y el cambio de paradigmas que el evangelio nos presenta y exige. Debemos hacer ver que nuestra cultura propia nacional no debe ser un ídolo, que el estilo de vida de Cristo debe ser nuestra principal cultura y lo que nos dé una identidad real. Saber reconocer qué aspectos de nuestras culturas han sido más afectados por el pecado y cuáles son redimibles, útiles y puentes para llegar a la sociedad con el evangelio. No dejar de lado la propia cultura, sino que nuestra cultura sea afectada de forma transversal por los valores de Cristo. Hacer ver que es posible ser parte de una cultura determinada y cristiano a la vez, desde el respeto y el diálogo. Saber mirar desde los ojos bíblicos y no sólo desde los culturales.
Fuente: http://protestantedigital.com/blogs/43049/Reconciliacion_en_conflictos_etnicos_y_territoriales