Me gustan los buenos predicadores ¿y a usted?

¿Nos gusta escuchar a un buen predicador? Aprendemos mucho de los predicadores buenos. De un buen predicador podemos aprender el contenido de sus sermones, y la destreza de su habilidad de comunicar.

A. Contenido: Los buenos predicadores tienen algo que decir. Para ellos la sustancia es más importante que el estilo.

B. Pasión: Los buenos predicadores tienen pasión por lo que dicen. Se puede ver que se preocupan por la situación espiritual de la gente. Esto es diferente a que a uno le guste predicar. Es más fácil que a uno le guste predicar que amar a las personas.

C. Credibilidad: Los buenos predicadores hacen lo que predican. Los buenos comunicadores muchas veces no practican lo que comunican. Ser un buen comunicador no significa ser un buen predicador. 

D. Preparación: Los buenos predicadores se preparan. A veces la gente no sabe que lo han hecho.

E. Notas: Los buenos predicadores usan notas; pero no abusan de las notas.

F. Sencillez: Los buenospredicadores saben cómo predicar las más altas verdades en un lenguaje comprensible, sin degradar las verdades. La gente se va a casa diciendo, «¡Ahora entiendo! en vez de decir «¡Qué inteligente es!»

G. Mensajes cortos: Los buenos predicadores a veces predican sermones largos, pero también pueden damos un buen sermón de treinta minutos o menos.

H. Convicción: Cuando predica un buen predicador la gente escucha a Dios; es decir, los buenos predicadores traen un mensaje de Dios.

I. Hablan de sí mismos: Los buenos predicadores cuentan acerca de su vida personal, confesando qué frágiles son al pecado; nunca declaran de su «vida victoriosa» haciéndose el objeto de su predicación.

J. Confianza: Los buenos predicadores nunca muestran miedo, aunque lo tienen por dentro.

K. Tono: Los buenos predicadores no gritan; más bien conversan con su congregación.

L. Contar historias: Todo gran predicador a lo largo de la historia tiene esta cualidad en común: saben contar historias. Esto incluye contar historias de temas generales así como historias bíblicas.

LL. Ayudas visuales: Los buenos predicadores usan algún objeto para enseñar las verdades: un salero, un poco de levadura, un vaso de agua.

M. Humor: Los buenos predicadores tienen un gransentido del humor; nunca permiten que el humor pase a ser el asunto principal dejando atrás el mensaje. Un buen predicador es diferente a un humorista cristiano.

N. Ritmo: Los buenos predicadores usan pausas para que la congregación los acompañe. Si el predicador se va a toda velocidad, los oyentes pierden el ritmo y se quedan por ahí.

Ñ. Contacto visual: Los buenos predicadores siempre ponen sus ojos en sus oyentes para que su congregación sepan que su predicador la esta mirando.

O. Intensidad: Los buenos predicadores varían la calidad de su voz: hablan alto, suave, intensamente, tiernamente.

P. Movimiento: La mayoríade los buenos predicadores usa el lenguaje corporal para reforzar sus palabras.

Q. Decisión: Los buenos predicadores nunca dan un mensaje y luego se retiran. Se quedan al final del servicio para conversar con aquellos que necesitan oración o quieren hacer alguna decisión.

R. Presentación del punto principal: Los grandes predicadores van al grano en sus mensajes, no andan con rodeos.

¿Y usted, qué piensa? ¿Tiene usted algunas otras ideas que le gustaría incluir en esta lista? Mándenoslas, se loagradeceremos.

(Boletín Teológico, editado por Ezequiel Romero, 2003)