22.847 biblias. Es la cifra de ejemplares que el ministerio cristiano ‘Voice of the Martyrs Korea’ asegura haber enviado a Corea del Norte a lo largo de 2020. Un envío que se ha complementado, según explican desde la entidad, con la emisión a diario de lecturas bíblicas grabadas, a través de las cinco plataformas de onda corta y media que la organización opera en el país.

Aunque se trata de cifras inferiores, en cuanto a distribución masiva, a las que el ministerio había registrado en años anteriores, aseguran que el reparto de biblias de forma individual, mano a mano, se ha doblado a lo largo del último año. “La demanda de biblias por parte de los norcoreanos ha sido más que cualquier año anterior”, ha subrayado el director ejecutivo de ‘Voice of the Martyrs Korea’, Eric Foley. “Independientemente de la cultura, los pensamientos se vuelven hacia Dios cada vez que la vida se ve amenazada y el futuro parece sombrío. Los norcoreanos, como las personas de otros lugares, han acudido a la Biblia en busca de esperanza a lo largo de 2020, y la han encontrado”, añade.

Además de los datos relativos al año pasado, desde la organización también prevén un crecimiento del 30% en el envío de biblias a Corea del Norte este 2021, gracias al desarrollo de nuevas técnicas y tecnologías, así como al fortalecimiento y la expansión de la red de colaboradores de la entidad. “Cada año hay nuevos retos y obstáculos, pero planificamos los años por adelantado, anticipando las dificultades y trabajando juntamente con los cristianos en Corea del Norte, Corea del Sur y todo el mundo para desarrollar nuevas tecnologías y estrategias que identifiquen y superen posibles problemas”, explica Foley.

Un proceso complicado

Una parte de la distribución se realiza a través de globos grandes, cargados con ejemplares de la Biblia, que son introducidos en el territorio norcoreano desde la vecina Corea del Sur. Una práctica que, según afirman desde la entidad, “las autoridades surcoreanas se han esforzado para detener”. Lo que ha provocado parte de la disminución respecto a cifras de años anteriores.

Desde la organización reconocen que la regulación por parte de Seúl contra el lanzamiento de estos ‘globos mensajeros’ afectará sus actividades, aunque todavía no han hecho ningún cálculo al respecto. “Me enfoco en mantener operativa nuestra cadena de distribución de biblias en Corea del Norte. Si el día de mañana se determina que esto es un acto criminal, me someteré con gozo a las consecuencias”, señala Foley.

Otro factor a tener en cuenta es el de las condiciones atmosféricas. “El viento y el clima siempre nos han prohibido el lanzamiento de globos en enero, incluso aunque las leyes fuesen favorables. Por eso, en esta época del año nos enfocamos en las únicas posibilidad de distribución bíblica en invierno. Cuando llegue el verano y sople el viento del norte, haremos lo que hacemos cada años; evaluaremos la situación legal, tomaremos las mejores decisiones que podamos y actuaremos de forma transparente. Creemos que la adversidad nos hace más creativos y efectivos. El Señor siempre encuentre un camino, incluso en una pandemia”, remarca.

“Hemos sabido que Dios creó el mundo y que nos protege”

Según Foley, el Libro Blanco de 2020 sobre Libertad Religiosa, elaborado por el Centro de Datos por los Derechos Humanos en Corea del Norte, prueba el impacto de la distribución llevada a cabo por ‘Voice of the Martyrs Korea’. “Cuando comenzamos el ministerio hace 20 años, el Centro estimaba que esencialmente el 0% de la población dentro de Corea del Norte había visto una biblia con sus propios ojos. Cuando hicieron su informe de 2016, el número de personas que habían visto un ejemplar de la Biblia había crecido hasta el 8%. En su informe de 2020, el Centro afirmó que esta cifra había continuado aumentando con una media de un 4% cada año. Nuestra experiencia es que cuantas más biblias distribuimos entre los norcoreanos, mayor es la cantidad de población que quiere leer la Biblia”, apunta Foley.

El director general de ‘Voice of the Martyrs Korea’ también explica que han recibido mensajes de receptores de biblias desde dentro de Corea del Norte. Uno de los mensajes, explica Foley, decía: “Hemos llegado a saber que Dios creó el mundo, que es un Dios vivo y que nos protege. Nunca supimos esto hasta que recibimos las palabras en mp3. No puedo entenderlo todo a la perfección, pero seguiré escuchándolas una vez, diez veces, cien veces, para conservar esta palabra”. Pensando en este tipo de testimonios, Foley señala que no hay ningún sacrificio “tan grande” como el de “poner una Biblia en las manos de alguien que la atesora tanto”.