“Los jóvenes no llegan a entender cómo ve Dios el sexo”

Los jóvenes están constantemente recibiendo mensajes repletos de referencias sexuales, ya sea a través de las redes sociales, la televisión, las canciones o de cualquier otra forma.

Mientras tanto, sus padres, líderes de jóvenes, pastores y amigos de más edad permanecen en un silencio vergonzoso.

¿Cómo deberían hablar los padres con los jóvenes sobre el sexo? ¿Cómo empezar la conversación? Y sobre todo, ¿qué es lo que necesitan escuchar los jóvenes?

Dave Patty, presidente de Josiah Venture y el cual cuenta con 30 años de experiencia trabajando con los jóvenes, cree que “la gente joven está bajo una presión inmensa. Por eso es tan importante que sus padres hablen con ellos sobre sexo”.

Según un estudio, “9 de cada 10 jóvenes y adolescentes dicen que les gustaría oír hablar más a menudo de sexo a sus padres”, explicó Patty en una entrevista que tuvo lugar durante el Foro European Leadership Forum en Wisla, Polonia, en mayo de 2017.

Estas conversaciones son muy importantes porque “el resto del mundo habla de sexo” pero “muy pocas de esas voces lo hacen desde la perspectiva de Dios […] no llegan a entender cómo ve Dios el sexo”, señala.

Los padres “tienen que darse cuenta de que los jóvenes ven el mundo de manera diferente a los adultos. Lo ven todo a través de una lente relacional”, comenta Patty.

Lee la entrevista completa a continuación.

Pregunta: ¿Por qué deberías estar tú hablando con jóvenes sobre sexo?

Respuesta: Me he dedicado durante los últimos 30 años a trabajar con jóvenes y líderes. Esa edad en concreto es una etapa clave en cuanto a la sexualidad se refiere.

La mayoría de gente pasa la etapa de la pubertad con 13 años, muchos no se casan hasta que tienen veintitantos años. Por lo tanto, contamos con un periodo de 13 o 14 años en los que nos encontramos en nuestro punto álgido sexual, y sin embargo, justo en ese periodo, la Biblia dice que tenemos que esperar.

La gente joven está bajo una presión inmensa. Es por eso por lo que es de vital importancia que los padres hablen con los jóvenes sobre sexo, y también otras personas que tengan algún tipo de papel parental, como los líderes de jóvenes, los tíos o tías, los abuelos, etc.

Tiene que ser un tema abierto para ellos, necesitan escucharnos hablar de ello.

Recuerdo que cuando mi hijo cumplió 12 años me di cuenta de que tenía que empezar a tener ese tipo de conversaciones. Me sentía incómodo, y en la primera conversación que tuvimos, él también se sintió así.

Fue interesante el hecho de que, a pesar de llevar años hablando de este tema con jóvenes, cuando se trataba de mi hijo y mi hija había mucho más en juego. No te quieres equivocar, no quieres descubrirles cosas que todavía no sepan o hacer que vayan hacia una dirección en concreto.

Puedes incluso pensar que están tan al día que seguramente saben más que tú.

Por eso los padres no dan el paso, quizás solamente tienen una conversación simbólica cuando están hablando de todo en general y con eso ya la “tachan” de su lista de quehaceres. O incluso en algunos casos ni siquiera hablan de este tema con los jóvenes.

En un estudio que se llevó a cabo, se preguntó a jóvenes de dónde les gustaría obtener información sobre sexo. Se les daba como opciones posibles a sus amigos, en una clase del instituto, en libros que suelen leer y finalmente de parte de sus padres.

Es interesante, y hasta sorprendente, comprobar que 9 de cada 10 jóvenes y adolescentes respondieron que les gustaría obtener más información sobre sexo de parte de sus padres.

Seguramente no se lo dirán. Los jóvenes se caracterizan por dar la impresión de que no quieren escuchar nada que les digan sus padres. Sin embargo, desde mi perspectiva habiendo trabajado durante 30 años con ellos, puedo aseguraros que una opinión de los padres, incluso en la adolescencia, es más importante que cualquier otra.

En ese mismo estudio también se les preguntó: “¿Tus padres se han sentado a hablar contigo de sexo?”. Solo respondió afirmativamente 1 de 10 personas. Por lo tanto, de 9 de 10 personas que querrían escuchar hablar sobre sexo de parte de sus padres, solo 1 lo había experimentado.

Entonces, ¿por qué deberíamos hacerlo? ¿Qué otras razones hay? Creo que hay 2 que son especialmente importantes.

Una es que todos los demás les hablan de sexo, tenemos que ser conscientes de ello. Los medios de comunicación lo hacen. Sin ir más lejos, el 75% de los programas de la televisión hacen referencias al sexo. Si ves la televisión durante 1 hora, 8 de cada 10 referencias en un programa serán de sexo, y hay que tener en cuenta que los jóvenes consumen alrededor de 50 horas de media a la semana.

En las canciones, un 45% tienen referencias sexuales también, por lo que están rodeados por este mundo audiovisual que les habla constantemente. Los amigos hablan de ese tema, lo ven en publicaciones de Facebook, se mandan fotos entre ellos, etc.

La segunda razón es que muy pocas de esas voces hablan de sexo desde la perspectiva de Dios. A pesar de que reciben mucha información sobre sexo, no llegan a entender cómo ve Dios el sexo.

P. ¿Cómo deberían hablar los padres a sus hijos sobre sexo?

R. Las conversaciones que los padres tienen con sus hijos sobre sexo son incómodas. En el estudio, se preguntó a los jóvenes si esas conversaciones con sus padres fueron incómodas, a lo que un 50% respondió afirmativamente.

Ambas partes lo sienten así, aunque si se va profundizando en la conversación y el ambiente es más relajado puede acabar resultando menos incómodo. No obstante, a veces es ese ápice de incomodidad lo que hace que la gente no se atreva a iniciar la conversación.

Otro factor que puede hacer que evitemos abordar el tema es pensar: “¿Y si digo algo equivocado?”. Está garantizado que no será así. O también tener la impresión de que tenemos que tratarlo todo en una misma conversación en vez de dejar que vayan saliendo temas progresivamente.

Piensa en otros temas, como hablar de amistades, de estudios, del futuro o del instituto. Piensas en eso, te surge otra pregunta, luego vuelves al mismo tema, vuelves a pensar en eso y ahora tienes una nueva pregunta. Y así sucesivamente.

De la misma manera, este tema debería poder ser accesible en cualquier conversación entre padres y jóvenes, donde se pudiera decir: “He estado pensando en lo que dijiste y tengo otra pregunta”, o “uno de mis amigos dice tal cosa, ¿qué piensas?”.

Creo que los padres suelen sentir respeto y prefieren evitar tratar según qué temas, pero yo incluso diría que aunque se aborden torpemente, equivocándose, es mejor que marcar un límite que no se pueda cruzar. Porque puedes equivocarte, pero volver y arreglarlo. Puede haber un malentendido, pero se puede aclarar. Ahora bien, si tu voz ni siquiera forma parte del juego, si no eres partícipe, tus hijos solo recibirán las que provengan de otros lugares, y ninguna les dará la perspectiva de Dios.

A medida que los padres tienen estas conversaciones con sus hijos, especialmente en la adolescencia, deben darse cuenta de que los jóvenes ven el mundo de forma diferente a la suya. Los adultos en general piensan en base a datos objetivos, con hechos, con argumentos a favor o en contra, empiezan con lo que es cierto y ya después van trabajando con el resto de las piezas.

Los jóvenes lo miran todo a través de una lente relacional, empiezan con las relaciones, no empiezan con la verdad.

Si los padres enfocan estas conversaciones desde una perspectiva no relacional, no llegarán a nada, tiene que hacerse todo con espíritu de amigo. Un padre nunca es un amigo, siempre es un padre, pero tiene que ser una relación en espíritu, tiene que encontrarse en un contexto relacional: “Te quiero, me importas”.

Otro hecho es que los jóvenes están aprendiendo a través un razonamiento abstracto, por lo que un año después tendrán más capacidades y más preguntas. Necesitan ensuciarse las manos con sus ideas, tienen que disponer de libertad para hacer preguntas y decir: “Mamá, ¿qué hay de malo en eso?” o “Papá, ¿tú qué piensas?”

Necesitan que sus padres no respondan atemorizados, sino que más bien digan: “Pues eso que piensas es interesante, vamos a hablar de ello”, una participación en el diálogo necesaria para que desarrollen convicciones y no solo que sea que mis padres dicen eso pero yo estoy de acuerdo o en contra.

La naturaleza relacional es muy importante, el poder iniciar y desarrollar una conversación es muy importante. Poder hacerlo todo con un espíritu de confianza en ellos y no confiar en que nunca se equivocarán, sino en que sus preguntas serán sinceras y que podremos dialogar con ellos.

El ambiente relacional marcará una gran diferencia en cómo los jóvenes escuchan esa conversación.

SOBRE DAVE PATTY

Dave Patty es el fundador y presidente de Josiah Venture, una organización centrada en formar a líderes de la próxima generación en 11 países de la Europa del este. Sueña con que Dios cree un movimiento entre los jóvenes de Europa del este, uno que encaje en la iglesia local y que transforme la sociedad.

Vive con su mujer Connie y tres hijos en Frydlant, República Checa. Es graduado en Teología y tiene un máster en Educación. Ha vivido y servido en Europa durante los últimos 25 años. Antes de mudarse a la República Checa, tuvo un ministerio de jóvenes en Alemania junto a Candence International.

Fuente: http://protestantedigital.com/qfamilia/43512/“Los_jovenes_no_llegan_a_entender_como_ve_Dios_el_sexo”