Los minaretes, las pagodas y las basílicas de toda China tendrán una bandera nacional en sus superficies. De hecho, el símbolo nacional ondeará sobre cualquier edificio religioso porque “las religiones en China deben tener una orientación china”, dice el documento Políticas y Prácticas de China para la Protección de la Libertad de Creencias Religiosas, publicado por el gobierno.
La medida ha sido propuesta por los responsables de los principales grupos religiosos en el país; la Asociación Budista de China, la Asociación Taoísta de China, la Asociación Islámica de China y la Conferencia de Obispos Católicos de China, en el marco de su sexto encuentro conjunto, que se ha llevado a cabo en Pequín a finales de julio.
El objetivo es el de fortalecer una conciencia de respeto por la bandera de China, además de un intento de asimilar la práctica religiosa en la sociedad socialista, según la opinión de expertos en el país recogido en Global Times. “Poner la bandera en lugares religiosos fomenta el fortalecimiento de la conciencia nacional y cívica de los creyentes y crea un sentido de comunidad de la nación china”, decía un comunicado publicado posterior a la reunión de los principales grupos religiosos.
Las banderas chinas ya cuelgan de 69 edificios religiosos en la ciudad de Lanxi, en la provincia de Zhejiang, al este. “Tener patriotismo guía la devoción hacia las religiones”, dice la web del Comité de Asuntos Religiosos y Étnicos de la Provincia de Zhejiang.
FUSIONAR SENTIDO NACIONAL Y CREENCIA RELIGIOSA
“China seguirá guiando activamente a las comunidades religiosas para que estas puedan adaptarse a la sociedad socialista”, puede leerse en el documento del gobierno.
El anuncio se produce en un momento en el que, entre otros episodios, autoridades chinas entraron hace unos días por tercera vez en una iglesia evangélica para identificar a sus miembros porque no está inscrita en el registro nacional, o en el que también se ha obligado a niños en la región de Tíbet a firmar un acuerdo para no formar parte de ninguna actividad religiosa durante las vacaciones.
La medida tampoco pasará desapercibida en la región de Xinjiang, en el extremo oeste del país, donde la etnia mayoritaria son los uigures, musulmanes. Se calcula que cerca de un millón de personas de esta etnia se encuentra en campos de ‘reeducación política’.