Irán y Estados Unidos se atacan e intensifican la tensión de su conflicto bilateral

Uno de los miles de misiles iraníes que la Guardia de la Revolución asegura haber lanzado contra dos bases en Irak con tropas estadounidenses. / Fars News Agency, Twitter

Al intercambio de amenazas verbales entre Washington y Teherán le han seguido el asesinato de uno de los principales generales persas y el bombardeo de dos bases en Irak con presencia de tropas estadounidenses.

 

“Se alzará la bandera del general Soleimani en defensa de la integridad territorial del país y de la lucha contra el terrorismo y el extremismo en la región, y continuará el camino de resistencia a los excesos de Estados Unidos. Irán se vengará de este crimen atroz”, señalaba el presidente iraní, Hassan Rouhani, después de que un ataque con drones ordenado por el presidente estadounidense, Donald Trump, acabase con la vida del general persa Qassem Soleimani, en una operación en el aeropuerto de Bagdad en la que también murió el comandante iraquí Abu Mahdi al-Muhandis.

Apenas unos días después, la Guardia Revolucionaria iraní aseguraba haber lanzado miles de misiles contra dos bases militares en territorio de Irak y en las que se encontraban tropas estadounidenses y entre las cuales no se registró ninguna baja ni ningún herido. “Estados Unidos impondrá sanciones económicas adicionales al régimen iraní y se mantendrán hasta que Irán cambia su actitud”, aseguraba Trump tras el ataque.

Las tensiones apuntan a la decisión del gobierno estadounidense, en mayo de 2018, de abandonar el programa del acuerdo nuclear. Un año después, Teherán renunciaba a algunos puntos de los compromisos que había adquirido y comenzaba a enriquecer uranio de nuevo. “Mientras sea presidente de Estados Unidos, Irán nunca podrá tener un arma nuclear”, reiteraba Trump en la misma comparecencia pública en la que valoró el reciente ataque iraní. El incremento de las tensiones tras los últimos ataques pone de nuevo sobre la mesa hasta qué punto ambos países no tienen intención de negociar un acuerdo que restaure las relaciones. Una situación a la que se suma el conglomerado de alianzas regionales que operan por el control del territorio en la zona de Oriente Medio.

¿Una nueva guerra fría en Oriente Medio?

Miles de personas han salido a las calles de Teherán para despedir a Soleimani. “Los americanos y los sionistas deberían saber que el martirio de mi padre ha dejado un despertar en la conciencia de la gente para resistir, y traerá días oscuros para ellos”, decía la hija del general, Zeinab Soleimani. Pero, ¿qué tiene que ver la muerte de un militar en una operación especial de inteligencia con la conciencia de todo un pueblo?

Líder de la Fuerza Quds, la unidad de la Guardia Revolucionaria especializada en inteligencia, operaciones secretas y guerra no convencional, Qassem Soleimani era considerado por diferentes analistas como “el gran arquitecto” encargado de la formación de unidades chiitas responsables de ataques terroristas en Líbano, Siria, Irak, Yemen y Arabia Saudí. “Estamos hablando de una persona que fue responsable de cientos de atentados, no solo en Oriente Medio, sino en la guerra de Siria y en el conflicto de Irak. Se decía que era intocable y que habitaba en las sombras, pero esto empieza a cambiar con la presencia de fuerzas chiitas iraníes en Irak, a las cuales comandaba”, explica el experto en asuntos de seguridad en Oriente Medio, Brian Weissman.

Soleimani, a la izquierda, y Mahdi al-Muhandes, a la derecha, fueron las víctimas de mayor rango en el ataque de Estados Unidos en el aeropuerto de Bagdad. / Fars News Agency, Wikimedia Commons

Conocido como “el comandante en la sombra”, Soleimani estaba incluido en la lista de “terroristas más buscados” de Washington, acusado de ser el responsable directo de la muerte de cientos de soldados estadounidenses durante la guerra de Irak. “Sus acciones han sido especialmente agresivas durante el año pasado, con ataques a refinerías saudíes, tanques de petróleo o el derribo de un dron estadounidense que sobrevolaba territorio iraní”, asegura Gerald Steinberg, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Bar Ilan.

Ambos analistas coinciden en situar la acción de Soleimani tras una agenda ideológica y religiosa concreta; el conflicto siempre latente entre las principales ramas del islam, el sunismo y el chiismo. “Irán tiene como propósito cambiar y dar una nueva cara a Oriente Medio. Esto deriva de la eterna guerra dentro del mundo islámico, donde sunitas y chiitas se siguen disputando el liderazgo de la civilización musulmana. Durante más de 20 años, Irán ha intentado desarrollar un régimen chiita en la zona insertando sus células en otros países. Esto genera una gran inestabilidad en la región y, sobre todo, conflictos bélicos”, señala Weissman.

Para Steinberg, la idea de la paz resulta “difícil, mientras Irán es guiado por un régimen chiita radical que busca expandir su poder”. Sin embargo, el politólogo israelí ve lejano un escenario de guerra. “Trump quiere sacar a las tropas americana de Oriente Medio, e Irán ha evitado siempre una confrontación directa con Estados Unidos e Israel”, apunta. La guerra, dice Weissman, “afectaría la economía iraní y su principal fuente de ingresos, que es el petróleo”. De hecho, según el Observatorio de la Complejidad Económica, Irán es el acuarto principal exportador de petróleo crudo de la región, y el sexto de todo el mundo. “La guerra ha tenido una mutación rara. No estamos hablando de grandes batallas napoleónicas, sino de un conflicto bélico totalmente distinto”, señala.

El peso de las alianzas

Después de admitir el derribo “por error” de un avión de pasajeros ucraniano, causando 176 muertes, la presión sobre el gobierno de Teherán aumenta. Cientos de iraníes han protestado contra la gestión que ha hecho el ejecutivo iraní de los hechos y lo han acusado de mentir. Además, el refuerzo de Estados Unidos en sus alianzas con Arabia Saudí o Israel, entre otros países de la zona, aíslan todavía más a Irán. “El régimen iranía sigue fomentando una postura que no solo Estados Unidos no acepta, sino que la mayoría de la región no comparte. Para llegar a una solución pacífica, Irán tendría que hacer un cambio rotundo en su teología y querer llegar a un nuevo status en la región”, dice Weissman, que apunta a la época del sha, antes de la revolución de 1979.

Sin embargo, la actitud de Estados Unidos en la región también ha generado dudas en los últimos meses. A la retirada de sus tropas de Siria, que dio paso a una invasión del norte kurdo del país por parte de Turquía, generando un éxodo de miles de personas, se le suma la falta de apoyos en la OTAN para aumentar su presencia en Oriente Medio y la última escenificación del antiamericanismo con el asalto a la embajada estadounidense en Bagdad, instigado por una milicia proiraní en el país. Además, su proximidad a la monarquía saudí sigue cuestionando su apariencia de impecabilidad en materia de derechos humanos. Y en este escenario sigue adelante el juicio político contra Donald Trump por supuestas presiones al presidente ucraniano para investigar al candidato demócrata a la presidencia Joe Biden.

“Con el liderazgo actual, la disuasión es el primer requisito, y Suleimani no operaba sobre la base de la disuasión, sino que su política era agresiva, creyendo que Trump continuaría evitando una respuesta militar importante. Quizás ahora Irán sea más cuidadoso, e incluso evite ataques o amenazas a Israel, y detenga todos los desarrollos nucleares. Si hay un periodo de estabilidad, es posible que Estados Unidos e Irán reanuden las conversaciones directas”, subraya Steinberg. En la misma línea, Weissman también espera “que ambas partes puedan encontrar nuevos caminos caminos de comunicación que conduzcan a que la región tenga calma”. “El efecto que tendría la guerra no es esta en sí, sino el resultado de esta. Toda la región entraría en conflicto. Las alianzas están muy claras y los resultados también”, dice.

“La protección de cristianos y otras comunidades religiosas requiere paz”

Quien también se ha manifestado sobre el conflicto entre Estados Unidos e Irán es la Alianza Evangélica Mundial (WEA, por sus siglas en inglés). A través de un comunicadoel secretario general de la entidad, Ephraim Tendero, ha hecho un llamado público a “los líderes de estos países y sus aliados, a resistirse al uso de toda retórica hostil y desescalar la crisis actual”, pidiendo diálogo y la eliminación de las sanciones que “afectan desproporcionadamente a los civiles”.

Tendero también ha remarcado que “la protección de los cristianos y otras comunidades religiosas requiere a la comunidad internacional un apoyo activo por la paz y la estabilidad”. “La WEA llama a la oración por los líderes políticos y militares de Estados Unidos, Irán e Irak, para que busquen y tengan sabiduría pacificadora sobre todo”, han añadido.

Fuente: PROTESTANTE DIGITAL – Internacional – Irán y Estados Unidos se atacan e intensifican la tensión de su conflicto bilateral