Iglesia en Cuba realiza programación especial para 18 niños

«Después de un arduo trabajo, como casi todo en Cuba, teníamos todo listo para llevar el Espíritu de la Navidad a niños que viven en pueblos por la costa norte de Villa Clara, Santi Spiritus y Ciego de Avila. Asumíamos la ilusión de viajar en un cómodo ómnibus, alguien diría: ¨como Dios manda¨. Pero minutos antes de partir, después de estar en pie desde las 5: 00 am. Nos enteramos que nuestro esperado ómnibus no iría, y en su lugar la administradora trataría de ¨cazar¨ algo. Así fue, llego nuestro destartalado ómnibus. Un joven y jovial chofer lo conducía. Con un ruido ensordecedor, partimos felices de que esta era la respuesta a nuestro incesante clamor. A solo unos pocos kilómetros sentimos un estruendo, Frank nos grito entre susto y temor ¨se cayó una ventanilla¨. Pero sonriente el chofer riposto: tírala en el fondo, así entra más fresco. Esto prometía ser un viaje muy divertido o peligroso, en dependencia de como se interpretaran las circunstancias. Al llegar a nuestro último lugar geográfico con casi dos horas de retraso, una multitud de niños nos esperaban ansiosos en el medio del camino. Nos recibieron con rostros sonrientes. Al bajar le dije a Ana, la dueña de la casa: aunque sea en una bicicleta teníamos que venir. Que alegría tienen estos niños. El equipo de Mimo de nuestra iglesia traía un programa, espiritual, instructivo, y dinámico, escrito por Miki. Entre risas, historias, cantos, manualidades, juegos, y regalos, trascurría cada presentación. Al despedirlos la gratitud en los rostros de los niños, era un precioso regalo de navidad para nosotros. Así fue en los 8 pueblos que visitamos, y los más de 180 niños ministrados. Al regreso nuestro ómnibus dio muestra de cansancio, al igual que nosotros después de 12 horas de ajetreo. Un estruendo nos hizo detener, todos asustados pensamos por un momento que la campiña cubana nos acogería en la noche. Pero nuestro chofer con un sonrisa a todo lo largo del rostro, subió con la mitad del tubo de escape en la mano nos miro y dijo: no fue nada muchachos continuamos. Nos miramos y se escucho una estruendosa risa…Dios obra por caminos extraños para nosotros. Un destartalado ómnibus fue el provechoso instrumento usado por Dios para llevarnos y traernos. Estos jovencitos, algunos de solo 14 años, me hicieron sentir el pastor más orgulloso del mundo, su dedicación, seriedad, y espiritualidad con que trabajaron fue el mejor regalo de navidad para mí, y para tantos niños que solo están en la mente de Dios.»

Pastor Alexis Hernández González
Iglesia Bautista «Betania» de Remedios.

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