Austria pide el cierre de centro interreligioso saudí por la represión a disidentes

El Kaiciid se define como un centro para la cooperación y el diálogo entre religiones, fundado por Arabia Saudí, Austria y España, con el Vaticano como observador.

El Parlamento de Austria ha exigido el cierre del Centro Internacional del Diálogo Interreligioso Rey Abdullah Bin Abdulaziz (Kaiciid), situado en Viena, ante la próxima ejecución de un joven opositor de 18 años sentenciado a muerte en Arabia Saudí.
La petición del cierre del centro ha unido una mayoría parlamentaria en la que participan posturas políticas de izquierda (socialdemócratas, ecologistas) y de derecha (liberales, populistas) que han pedido al Ministerio de Exteriores que utilice todos los medios para lograr la liberación del manifestante saudí condenado a muerte.
En caso de no lograrse este objetivo, se insta al Gobierno a cortar toda cooperación y cerrar el Kaiciid, cuya sede está en Viena.
El conservador Partido Popular (ÖVP) no secundó la resolución, pero poco después presentó una iniciativa parlamentaria propia en la que exige al Ministerio de Exteriores que “tome las medidas necesarias” para clausurar el centro.
El titular de Exteriores en funciones, Alexander Schallenberg, ha asegurado que aplicará la “clara decisión del Parlamento”, aunque de tal forma que no se dañen los intereses internacionales de Austria, según recoge la radio pública ORF.
El Kaiciid es una organización intergubernamental fundada por Arabia Saudí, Austria y España, con el Vaticano como fundador observador.
Su principal objetivo es el diálogo interreligioso para la resolución de conflictos, aunque la financiación saudí ha hecho que muchos cuestionen este objetivo. Por ejemplo, en 2013 el partido socialdemócrata en Austria, junto a grupos activistas de libertad de expresión, pidieron el cierre del centro con sede en Viena considerando que solo buscaba mejorar la imagen internacional de ese país árabe, donde no existe ningún tipo de libertad de culto.
SITUACIÓN DE PERSECUCIÓN EN ARABIA SAUDÍ
Aunque el KAICIID se fundó en 2012, la situación de los cristianos en Oriente Medio no ha mejorado sensiblemente en la zona, más bien al contrario. Irak pasó de tener una comunidad de 1,5 millones de cristianos antes de la intervención militar occidental en Irak en 2003, a alrededor de 250.000 en la actualidad.
Aunque Arabia Saudí parece dar algunos pasos de apertura en libertad religiosa, todos los países árabes en la zona continúan restringiendo gravemente la libertad religiosa, condenando en sus legislaciones la conversión al cristianismo e impidiendo la celebración de cultos públicos o la distribución libre de materiales evangelísticos.
KAICIID DEFIENDE SU UTILIDAD
La Junta Directiva del Kaiciid ha reaccionado a la acción del parlamento austríaco defendiendo su labor.
Formada por líderes religiosos de distintos lugares del mundo, la Junta expresa que el centro “no es una embajada o una ONG, ni de ninguna manera es el brazo político de ningún estado, incluido Arabia Saudita. No es una extensión siniestra de la influencia o estrategia de ningún estado. El estatus intergubernamental es vital para la misión del Centro de promover el diálogo interreligioso y un requisito previo para ejecutar su trabajo en algunas de las regiones más conflictivas del mundo”.
Según la Junta directiva, el centro ha servido para mediar en conflictos religiosos, capacitar a líderes y proporcionar un punto de encuentro y diálogo para las religiones. “Tenemos un largo historial en el uso de su poder de mediación y convocatoria a no afiliados para ayudar a los gobiernos, agencias intergubernamentales, grupos de la sociedad civil y ONG a considerar el diálogo interreligioso como un medio para lograr la estabilidad social y la prosperidad”, defienden desde el centro.
Forma parte de la junta directiva el español Miguel Ayuso, secretario pontificio para el diálogo interreligioso y Vice-prefecto de la Comisión para las Relaciones Religiosas con los Musulmanes del Vaticano.
Recientemente, en una visita al centro, el alto representante de la ONU para la Alianza de Civilizaciones, Miguel Ángel Moratinos, elogió la labor del Kaiciid por su contribución a favor de la paz y el diálogo.