Se realizó la cita presidencial de los líderes de Estados Unidos y de Corea del Norte. Y comenzaron los análisis para ver cuáles son los objetivos alcanzados o mejor aún: qué es lo que ha ganado con todo esto.
Es un hecho que el sureste asiático se ha convertido en una especie de polvorín, pero con ramificaciones atómicas que pueden alcanzar en sus efectos a todo el mundo. Si esto es así, entonces cualquier cosa que se haga para tener una relación pacífica y estable entre todos los países vale cualquier esfuerzo y cualquier sacrificio.
Pero cuando se cede en áreas de interés estratégico, las consecuencias pueden generar aquellas tensiones que se querían evitar.
Los líderes de Irán, por ejemplo, se preguntan por que Corea del Norte y no ellos para conversar algún tipo de “detente” …
El periódico New York Times se refiere a una de las posible concesiones que el presidente norteamericano puede haber entregado en bandeja de plata:
“La suspensión de simulacros militares sería una concesión importante para Corea del Norte, particularmente cuando Trump se hizo eco de la caracterización previa de los ejercicios por parte del Norte como «juegos de guerra» y «provocativos». El hecho de que pareció tomar esta decisión sin informar al Pentágono, o a los líderes en Seúl o Tokio, líderes con problemas en ambas capitales en un momento en que el Sr. Trump ha demostrado cada vez más su desprecio por los aliados estadounidenses tradicionales.
«Sugiere que, cuando esté de humor, el presidente cortará los tratos con nuestros adversarios en relación con los intereses de nuestros aliados» sin consultarlos, dijo Michael J. Green, ex asesor del presidente George W. Bush en Asia, que ahora se encuentra en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington.
Hasta cierto punto, los funcionarios en Tokio y Seúl se han acostumbrado a la toma de decisiones del Sr. Trump, y también saben que no todo lo que él dice termina siendo una política oficial”.
Las preguntas que uno puede hacerse de esta visita de Trump al sudeste asiático puede ser: ¿habrá acuerdos reales de desmilitarización del sudeste con retiro de las tropas estacionadas en Corea del Sur? ¿Y el término de ejercicios militares en la zona será visto con una actitud de buena voluntad de Corea del Norte, de manera desviar recursos económicos para alimentar a su población? ¿Y qué de China y su pretensión de ganar espacios militares en esa área, cuando ya no se tendrán esos “juegos militares”?
Nosotros no creemos en las guerras apocalípticas con la que sueñan aquellos que desean ver a Cristo venir por segunda vez a este contaminado planeta, pero, de todos modos, una segunda venida promovida por los desastres humanos. Pero si creemos que todos los que nos confesamos cristianos podemos convertirnos en agentes de paz, ya que no en balde las bienaventuranzas lo afirman así: “Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos”.
(Guillermo Serrano, Jueves 14 de Junio, 2018)