La ascensión del Señor

Celebramos lo que el Viejo Credo de la Iglesia también celebra y nos exhorta: “ [Jesucristo] fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso”.
Sí, lenguaje que suena a antiguo, porque ya no se usa y porque nuestra manera de comunicarnos es lacónica, breve y casi cortante. En ese lenguaje diario no existe lugar para credos y declaraciones que suenan más a dogmas rancios y que no tienen sentido hoy.
Y sin embargo, la exhortación y la enseñanza de la Iglesia Cristiana de todos los siglos sigue insistiendo en el misterio que rodea la venida de Cristo a este mundo, que insiste que así como el vino, también se fue de este mundo, aunque su presencia y su compañía siguen entre nosotros. ¿Misterio? Claro, ¿por qué se nos debería explicar todo desde un punto de vista racional si hay cosas que escapan a nuestro entendimiento? Después de todo el “caso” del cristianismo es un hecho de fe. ¿Crees esto?