2 Samuel 8:1-18
EL REY JUSTO
“David reinó sobre todo Israel, actuando con justicia y rectitud para con todo su pueblo”. 2 Samuel 8:15
Miras las noticias y te preguntas: ¿en qué clase de mundo vivimos? Líderes arrogantes, amenazas de guerra, corrupción por todas partes. Parece que la justicia es un ideal inalcanzable y que cada quien solo busca su propio beneficio. ¿Dónde encontrar esperanza en medio de todo esto? La Biblia nos muestra el ejemplo de David.
David gobernó con justicia. Él no favoreció a unos sobre otros, no abusó de su poder ni se dejó arrastrar por la corrupción. Su liderazgo se basó en la equidad y el temor de Dios. Además, actuó con rectitud. No solo hacía lo correcto ante los hombres, sino también ante Dios. Su vida reflejaba un compromiso genuino con los principios divinos.
Pero más allá de David, hay alguien mayor a quien mirar: Jesús, el Rey de reyes. Él es el descendiente de David que gobierna con justicia perfecta. Su reino no tiene corrupción ni favoritismo. Él es el juez fiel, el defensor de los débiles, el refugio de los que claman por justicia. ¿Qué hay de nosotros? ¿Reflejamos esa misma justicia y rectitud? ¿Ejercemos autoridad con integridad en nuestras familias, en nuestros trabajos, en nuestras iglesias? ¿Buscamos honrar a Dios en cada decisión, grande o pequeña? "El que camina en integridad anda confiado" (Proverbios 10:9 RVR60). Que hoy reflejemos el carácter del Rey justo. Que vivamos con rectitud, guiados por Su verdad y Su amor.
Te alabo. Dios, porque nos concedes un rey justo en tu Hijo. Ayúdanos a practicar la justicia y la rectitud como ciudadanos de tu reino. En el nombre de Cristo, Amén.