13 de junio del 2025
2 Samuel 11:1-5
CUANDO BAJAMOS LA GUARDIA
“David ordenó entonces a unos mensajeros que se la trajeran, y se acostó con ella…” 2 Samuel 11:4
A veces, las caídas más grandes comienzan en los momentos en que nos sentimos más seguros. David había vivido muchas victorias. Dios lo había llevado desde el campo de ovejas hasta el trono, le había dado éxito en el campo de batalla y había hecho de él un gran líder. Pero en el momento en que dejó de luchar, se convirtió en su propio enemigo. David se quedó en casa, descansando, relajado, sin compromisos. Cuando vio a Betsabé pudo haber apartado la vista, pudo haber cambiado el rumbo, pero en lugar de eso alimentó el deseo. Quiso saber quién era, aunque la respuesta no cambiaría su decisión. Ya estaba atrapado en su propio deseo. Y así, el rey que venció gigantes, fue vencido por sí mismo. Lo que parecía solo una noche de placer se convirtió en una historia de mentira, traición y muerte. Betsabé quedó embarazada. Urías, su esposo, fue asesinado por órdenes del mismo rey al que servía con lealtad. Y David, el hombre conforme al corazón de Dios, cargó con una culpa que marcó su vida, su familia y su reinado. Si David, un hombre fuerte, valiente y lleno de fe, pudo caer, ¿cuánto más debemos estar en guardia? El enemigo no ataca cuando estamos preparados, sino cuando estamos distraídos, cómodos, desprevenidos. Necesitamos estar alerta, cuidar nuestros pensamientos, nuestros ojos, nuestro corazón. No podemos jugar con el pecado y esperar salir ilesos.
Señor, ayúdame a estar atento. No quiero ser descuidado ni bajar la guardia. Guárdame de las pequeñas concesiones que pueden alejarme de Ti. Te lo ruego en el nombre de Cristo, Amén.
Tenemos la gran alegría de presentar a nuestros lectores el Cada Día de junio de 2025. Durante este mes, hablaremos de los altibajos de la vida de David, rey de Israel. El hombre conforme el corazón de Dios, ungido por Dios, pastor de ovejas, compositor de salmos, arpista, guerrero y conquistador, después de alcanzar la cima del poder, se desliza desde la cima de la pirámide hacia las profundidades del pecado. David codicia a la mujer de su prójimo, comete adulterio con ella, miente a su familia, engaña a la nación, mata al marido de la mujer, se casa con la viuda y disimula ante todos. David ve cómo su familia se desintegra, su reino se debilita y su vigor se agota. Pero David se arrepiente, llora, confiesa su pecado y recibe el perdón de Dios. David convirtió sus penas más profundas en salmos de lamento y sus alegrías más puras en salmos de alabanza. Leamos ahora sobre los altibajos de este hombre llamado “el dulce salmista de Israel”.
Hernandes Dias Lopes
El Rev. Lopes está casado con Udemilta y viven en Sao Paulo Brasil en compañía de sus dos hijos. El pastor Hernandes viaja alrededor del mundo para predicar y enseñar la Biblia.