Juan 12:1-8
UNA CENA CON PERFUME EN EL AMBIENTE
“María trajo unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, muy caro, y perfumó los pies de Jesús”.
Juan 12:3
Los aromas agradables tienen el poder de transformar el ambiente, y eso fue exactamente lo que ocurrió cuando Jesús fue ungido durante la cena. María se acercó a Él con un perfume de nardo puro, ungió sus pies y luego los secó con su cabello. Este gesto es sorprendente por varias razones. En primer lugar, la tradición dictaba que la cabeza, no los pies, era la parte que debía ser ungida para honrar a un huésped.
En segundo lugar, la cantidad de perfume utilizada era de unos 300 gramos, un detalle que el Evangelio destaca al mencionar su elevado precio. Este acto no solo refleja el costo material del perfume, sino también la profunda humildad y respeto de María al derramarlo a los pies de Jesús. Con este gesto, María expresa un amor ilimitado hacia el Señor y demuestra el extraordinario valor que le atribuye a Su persona.
Aquí vemos a una mujer dispuesta a correr riesgos por Cristo, expresando su devoción de manera total, y lo hace mientras el Señor aún está con vida. Su acto recuerda a la viuda pobre que dio todo lo que tenía. No fue el elevado costo del perfume lo que ganó el reconocimiento de Jesús, sino el valor de su sacrificio y la entrega de su corazón. Su aprobación es lo que realmente importa y lo que transforma las acciones generosas en un aroma de gran valor, capaz de llenar el entorno y los corazones con un reflejo del amor de Dios.
Señor, ayúdame para que mis acciones, frutos de tu gracia, llenen las vidas de otras personas y que su vida se llene de lindos aromas. Por Cristo Jesús. Amén.