Juan 14:12-25
LA CENA DEL SEÑOR
“…Pronunciado la bendición, lo partió y se los dio a ellos, diciendo: -Tomen, esto es mi cuerpo. Luego tomó en sus manos una copa…”
Marcos 14:22-23
¿Qué tan importante considera su participación en la cena del Señor? Conozco algunos creyentes que lo ven con indiferencia, pero esto contrasta con el lugar central que ocupa en el ministerio de Jesús. Él mismo esperaba con ansias este momento que simboliza su muerte por nuestros pecados. Aquí en este acto ocurre una transición de largo alcance: el cordero pascual del Antiguo Pacto ya no será necesario. El derramamiento de la sangre de Cristo cancela todo sacrificio. Jesús viene a brindarnos vida abundante a través de su sacrificio.
Jesús nos invita a recordarlo cada vez que participamos en la Cena del Señor. Es interesante destacar que la palabra "recordar" proviene del latín recordis, que significa "volver a pasar por el corazón". Esto implica que la Cena del Señor no es un acto meramente ritual, sino un momento para conectar profundamente con Él. Se trata de recordarlo con todo nuestro ser: con el corazón, dejando que Su sacrificio nos conmueva y nos transforme. Es un llamado a una experiencia completa de gratitud y comunión con Cristo.
Participar en la cena del Señor afirma nuestra fe en el presente y apunta hacia el futuro, sabiendo que Dios está con nosotros y se hace presente a través del Espíritu Santo. Recordemos que la presencia de Cristo a través de la Santa Cena convierte la noche en día, la muerte en vida, el presente en futuro.
Te suplicamos, oh Dios, que a través de tu Santo Espíritu nos concedas la fe, y recordemos con amor el sacrificio de tu Hijo Jesucristo, en quien oramos. Amén.