03 de abril del 2024
Efesios 4:17-25
MIEMBROS DE UN SOLO CUERPO
“Por lo tanto, ya no mientan más, sino diga cada uno la verdad a su prójimo, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo”. Efesios 4:25
Pablo recuerda a los cristianos de Éfeso que ya no son los de antes. Son criaturas nuevas, renovadas en Cristo. Antes les parecía aceptable ser egoístas y codiciosos, pero ahora son diferentes. Antes encontraban aceptable decir mentiras, pero ahora son diferentes. Antes pensaban sólo en sí mismos; ahora son miembros los unos de los otros. Cuando nos convertimos en creyentes en Cristo, Él nos hace personas nuevas, y Pablo nos llama a todos a vivir de acuerdo con esta nueva identidad. Somos diferentes, y eso debe reflejarse en nuestra forma de vivir. Una de las diferencias está en decir la verdad. Ya no mentimos; ya no le damos “vueltas” a la verdad; ya no damos gato por liebre a fin de beneficiarnos a costa de nuestro prójimo. Decimos la verdad. Pedimos la verdad. La veracidad es un indicador de lo que significa ser un pueblo renovado de Cristo. Y en la iglesia de Cristo, tratar a nuestro prójimo con sinceridad tiene sentido, porque somos miembros los unos de los otros. Mentir, robar y engañar al prójimo no sólo ya no forma parte de nuestra naturaleza, sino que daña el cuerpo del que formamos parte. Nos pertenecemos unos a otros. No somos nuestros, sino que pertenecemos a Cristo. Y el mensaje de Pablo es que esto no es un ideal utópico sino una realidad que podemos vivir cada día más profundamente.
Cristo Jesús, queremos ser las personas nuevas que has renovado. Ayúdanos a decir siempre la verdad con amor y a vivir como tus hijos. Te lo pedimos en tu nombre, Amén.
Mark Twain dijo, “Muchas personas se molestan por esos pasajes de la Escritura que no entienden, pero los pasajes que me molestan son esos que sí entiendo.” En otras palabras, tratar de vivir por lo menos con los mandamientos más básicos de la Biblia puede ser abrumador. En las clases prematrimoniales nosotros alentamos a las parejas a comenzar por las cosas que son claras: amarse el uno al otro, perdonarse el uno al otro, cuidarse mutuamente, apoyarse mutuamente, llevar las cargas el uno del otro. Nosotros animamos a la gente a ver las maneras en que Dios nos llama a interactuar con todos los “unos a otros” en nuestras vidas. Es muy claro que Dios se preocupa profundamente por nuestras relaciones. Una vez que comenzamos a entender nuestra relación con nuestro Creador y Redentor, el próximo paso es amar a nuestro prójimo. Jesús nos dice en Mateo 22:37-38 que el primer mandamiento es amar al Señor con todo nuestro corazón, mente y alma. Y el segundo es similar: nuestro amor por Dios debe llegar a nuestro prójimo. Esperamos que ustedes sean animados a dejar que el amor de Jesús fluya en todas sus relaciones. Él tiene el poder para cambiar los corazones.
Steven y Deb Koster
Steven y Deb Koster sienten pasión por los matrimonios, las familias y el crecimiento espiritual en el hogar. Ambos trabajan en la Iglesia Cristiana Reformada en América del Norte. Steven y Deb Koster tienen tres hijos.