Efesios 4:17-25
MIEMBROS DE UN SOLO CUERPO
“Por lo tanto, ya no mientan más, sino diga cada uno la verdad a su prójimo, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo”.
Efesios 4:25
Pablo recuerda a los cristianos de Éfeso que ya no son los de antes. Son criaturas nuevas, renovadas en Cristo. Antes les parecía aceptable ser egoístas y codiciosos, pero ahora son diferentes. Antes encontraban aceptable decir mentiras, pero ahora son diferentes. Antes pensaban sólo en sí mismos; ahora son miembros los unos de los otros.
Cuando nos convertimos en creyentes en Cristo, Él nos hace personas nuevas, y Pablo nos llama a todos a vivir de acuerdo con esta nueva identidad. Somos diferentes, y eso debe reflejarse en nuestra forma de vivir. Una de las diferencias está en decir la verdad. Ya no mentimos; ya no le damos “vueltas” a la verdad; ya no damos gato por liebre a fin de beneficiarnos a costa de nuestro prójimo. Decimos la verdad. Pedimos la verdad. La veracidad es un indicador de lo que significa ser un pueblo renovado de Cristo.
Y en la iglesia de Cristo, tratar a nuestro prójimo con sinceridad tiene sentido, porque somos miembros los unos de los otros. Mentir, robar y engañar al prójimo no sólo ya no forma parte de nuestra naturaleza, sino que daña el cuerpo del que formamos parte. Nos pertenecemos unos a otros. No somos nuestros, sino que pertenecemos a Cristo. Y el mensaje de Pablo es que esto no es un ideal utópico sino una realidad que podemos vivir cada día más profundamente.
Cristo Jesús, queremos ser las personas nuevas que has renovado. Ayúdanos a decir siempre la verdad con amor y a vivir como tus hijos. Te lo pedimos en tu nombre, Amén.