09 de junio del 2023
2 Crónicas 7:11-22
LA CLAVE DEL AVIVAMIENTO VERDADERO
“…si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro y se convirtieren de sus malos caminos…”. 2 Crónicas 7:14
¿Siente la necesidad de un avivamiento personal? ¿Cree que un despertar espiritual le vendría bien a su nación en estos tiempos de crisis? Al comienzo de la pandemia, algunos presidentes latinoamericanos urgieron al pueblo a clamar a Dios, y hasta usaron las palabras de 2 de Crónicas 7. En meses recientes se habló de un avivamiento en una universidad norteamericana, y aunque hay quienes niegan su autenticidad, no se puede negar que existe una necesidad urgente de un avivamiento genuino. La Palabra de Dios no nos deja a oscuras en cuanto a un asunto tan importante. En el día de la dedicación del templo de Jerusalén, Dios mismo aprovechó para indicar cuáles son las características de un avivamiento verdadero. La primera es la humildad de modo que podamos ver nuestra verdadera condición delante de él. De otra forma, existe el riesgo de convertir ese momento en una mera catarsis emocional. Después viene la oración, la cual nos permite confesar, interceder y asegurarnos que cualquier inquietud espiritual venga realmente de Dios. Por “buscar su rostro” se entiende hacer de Dios nuestra más alta prioridad, de sentir un hambre por hacer lo que a él le agrada. Y esto envuelve estar dispuestos, con la ayuda de su Espíritu, a abandonar nuestros malos caminos. ¿Estás listo para un avivamiento espiritual?
Dios omnipotente, permite que tu Espíritu mueva nuestros corazones a buscarte y rendirnos a tu Hijo. En el nombre de Jesús, Amén.
Nuestro Dios no es alguien distante, que, como muchos piensan, se queda allí en el alto del cielo, sentado en su trono, como un espectador que todo lo ve. ¡No! Nuestro Dios es un Dios que se relaciona, y la forma más significativa que tenemos para comunicarnos con Él es a través de la oración. A diferencia de Moisés, que habló con Dios cara a cara, nosotros tenemos la oportunidad de hacernos escuchar por el Creador a través de Cristo, nuestro Sumo Sacerdote. Algunos hombres y mujeres tuvieron el honor de estar en persona con Jesús, el Hijo del Dios Altísimo, pero muchos lo ignoraron a él y a otros. ¿Cuándo oras y cuántas veces lo haces? ¿Solo en las ocasiones en que te reúnes en la iglesia? ¿Cada vez que enfrentas dificultades o necesitas tomar una decisión? Adquiera el hábito de hablar con Dios diariamente. Haga de su vida sinónimo de oración y las respuestas que escuchará del Dios de la vida le sorprenderán.
Edison Souza
Periodista y Presbítero en La Iglesia Presbiteriana de Campinas, São Paulo, Brasil.