08 de junio del 2023
Hechos 2:41-47
PERSEVERAR EN LA ORACIÓN
“Y eran fieles en conservar la enseñanza de los apóstoles, en compartir lo que tenían, en reunirse para partir el pan y en la oración”. Hechos 2:42
¿Quién lo hubiera imaginado dos meses atrás? El incipiente movimiento parecía aniquilado. Jesucristo, su líder, ya no estaba presente. En su lugar quedaron unos discípulos timoratos que no llenaban el perfil que actualmente se requiere para encabezar una empresa de talla mundial. Pero un día todo cambió. La presencia del Espíritu Santo capacitó al apóstol Pedro para predicar con poder en el día de pentecostés, y le infundió nuevo vigor al movimiento al añadir miles de conversos a la iglesia. El relato que Lucas hace de esta ferviente comunidad es elocuente. Se trata de creyentes instruidos en la Palabra, solidarios, fraternos y entregados a la oración. ¡Que extraordinario ejemplo de vida! ¿Le sorprende que el Señor bendiga a una iglesia así con un crecimiento fenomenal? Cuando una iglesia vive de esa forma estamos seguros de que su crecimiento es Dios quien lo ha dado. Para la iglesia de hoy, la oración no puede ser una actividad o actitud eventual. Se trata de desarrollar una vida de oración constante y consistente. Significa despertar en actitud de oración, dormir y descansar en oración. La oración debe ser el combustible de la vida cristiana, el aire que respiramos, el alimento que necesitamos. Ora constantemente, busca a Dios en cada momento del día y verás cuán grandes cosas hace el Señor en su pueblo.
Señor, haz de la oración el principal motivo de mi vida. ¡Ayúdame! En el nombre de Jesús, amén.
Nuestro Dios no es alguien distante, que, como muchos piensan, se queda allí en el alto del cielo, sentado en su trono, como un espectador que todo lo ve. ¡No! Nuestro Dios es un Dios que se relaciona, y la forma más significativa que tenemos para comunicarnos con Él es a través de la oración. A diferencia de Moisés, que habló con Dios cara a cara, nosotros tenemos la oportunidad de hacernos escuchar por el Creador a través de Cristo, nuestro Sumo Sacerdote. Algunos hombres y mujeres tuvieron el honor de estar en persona con Jesús, el Hijo del Dios Altísimo, pero muchos lo ignoraron a él y a otros. ¿Cuándo oras y cuántas veces lo haces? ¿Solo en las ocasiones en que te reúnes en la iglesia? ¿Cada vez que enfrentas dificultades o necesitas tomar una decisión? Adquiera el hábito de hablar con Dios diariamente. Haga de su vida sinónimo de oración y las respuestas que escuchará del Dios de la vida le sorprenderán.
Edison Souza
Periodista y Presbítero en La Iglesia Presbiteriana de Campinas, São Paulo, Brasil.