Salmo 127:1-2
EL DISEÑO QUE SU CASA NECESITA
“Si el Señor no construye la casa, de nada sirve que trabajen los constructores…”
Salmo 127:1
No creo que usted sea de los que le gusta trabajar en vano. Aun si se trata de una tarea pequeña, no querrá hacerla en balde. Imagine si lo que tiene enfrente es un proyecto mayor como la construcción de una casa, difícilmente lo emprendería sin tener a la mano un plano por lo menos. Pero conozco mucha gente que sí lo hace, y no con un edificio, sino al buscar formar una familia.
Este salmo tiene una advertencia seria para quienes toman el matrimonio y la familia a la ligera. También se dirige a todos aquellos que tienen en su agenda la destrucción de estas instituciones que deberían ser el fundamento de nuestra sociedad. Todo lo que compete al hogar responde a un diseño divino pues es su Creador quien conoce mejor cómo funciona. No se trata de algo que Dios haya dejado al arbitrio humano, porque las consecuencias serían desastrosas.
La familia es el pilar de la sociedad y es el mejor ambiente para la crianza de los hijos. Por eso, este salmo hace una afirmación bastante audaz: Hacer a un lado el diseño y la autoridad de Dios sobre la familia, no solo debilita esta institución, sino también expone a la ciudad y a la sociedad a las consecuencias de esta osadía. Así que, ¿de qué lado está usted? ¿De la tranquilidad que viene de aceptar el orden divino, o del desorden que viene de oponerse a lo que ya Dios ha establecido?
Padre celestial, quiero lo mejor para mi familia y para la sociedad en que vivo. Acepto el orden que tú has establecido para ser una bendición a los que me rodean En Cristo, amén.