08 de mayo del 2021
Romanos 12: 1-21
NO SE DEJE LLEVAR POR LA CORRIENTE
“No vivan según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar ...”
Romanos 12:2
Hay que seguir la corriente, parece ser la mentalidad en la actualidad. Se tiene temor de parecer intransigente, y ser fiel a las convicciones personales puede, en ocasiones, resultar costoso. Ser políticamente correcto es la tendencia dominante de nuestra cultura.
¿Qué podemos hacer, entonces, con los pasajes que nos desafían a ser diferentes, a no dejarnos moldear por los criterios de este mundo presente? ¿Cómo debe responder una persona consagrada a Dios y que quiere hacer su voluntad? Sin duda que un cambio comienza desde cosas sencillas como no tirar basura en la calle, ni estacionarse en los lugares no indicados en una plaza, ni cometer fraudes en la declaración de impuestos que presentamos al gobierno.
Pero va más allá de eso. De acuerdo a este pasaje, significa darle un giro total a nuestra manera de pensar. ¡Sí! Nuestra mente también cuenta para Dios, y los cambios más profundos tienen lugar cuando se generan en el terreno de las creencias y convicciones. Si no tenemos ningún problema con las tendencias torcidas de la cultura actual es porque aún no hemos comprendido la voluntad de Dios. Todavía no nos hemos saturado de “lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto”. Presentemos, pues, al Señor, nuestro cuerpo en sacrificio vivo, incluyendo nuestro entendimiento.
Señor, cambia nuestra manera de pensar para que cambiemos nuestra manera de vivir. Oramos en el nombre poderoso de Jesús. Amén.
Se ha ido ya una quinta parte del siglo XXI y no volverá más. Y, para asombro de todos, la pandemia del Covid-19 ha terminado con millares de vidas. ¿Qué hemos hecho para que la obra de Dios sea conocida en todos los rincones de la tierra? ¿Cómo hemos contribuido para que la Palabra de Dios esté a la disposición de las personas? Entiendo que nuestro día a día esté lleno de tareas, de compromisos que cumplir y cuentas qué pagar... pero ¿qué hemos hecho por la obra de Dios y por la divulgación de su evangelio? Vamos a reflexionar un poco sobre este tema con algunos pasajes que nos ayudarán a responder a esta pregunta: ¿Qué es lo que Dios espera de cada uno de nosotros? Nuestro deseo es que seamos identificados como predicadores del Evangelio de la Salvación, del mensaje de vida por medio de Cristo que un día llegó hasta nosotros
Edison Souza
Periodista y presbítero en La Iglesia Presbiteriana de Campinas São Paulo, Brasil