03 de febrero del 2021
Rut 4:13-22
EL AMOR A LA SUEGRA
“...porque es el hijo de tu nuera, la que tanto te quiere y que vale para ti más que siete hijos.”
Rut 4:15
Las tensiones en la relación entre nuera y suegra tienen una larga historia. Ya en su tiempo, el profeta Miqueas denunció “Porque los hijos tratan con desprecio a los padres, las hijas se rebelan contra las madres, las nueras contra las suegras y los enemigos de cada cual son sus propios parientes” (Miq. 7:6). En muchos países abundan los chistes acerca de las suegras, y siempre en un tono peyorativo.
El ejemplo de Rut, la moabita, es una reivindicación de esta relación tan tensa. Rut se aferró a su suegra Noemí, aun cuando ésta era una mujer extranjera, viuda, anciana y pobre. Noemi no tenía nada que ofrecerle, pero ella la amaba tanto al grado de acompañarla a su tierra, a su parentela, y a su Dios. Ella le hizo votos de fidelidad sin restricciones y la amó de forma incondicional. No sorprende que Dios haya bendecido a Rut dándole un marido piadoso, y, después, un hijo, que compensarían las tantas pérdidas sufridas a lo largo de sus días.
Las mujeres de Belén dijeron a Noemí que su nuera Rut la amaba y que ella era mejor que siete hijos. El ejemplo de Rut debe inspirar hoy a las nueras a amar a sus suegras, no mirándolas como adversarias, sino como sabías consejeras. El hogar no debe ser una arena de conflictos ni un campo de guerra, sino un escenario de relaciones saludables.
Señor, concédenos ser humildes y escuchar el consejo de otros y así podamos contribuir a formar relaciones familiares sanas. Amén.
Siento gran alegría al presentar a nuestros lectores el Cada día de Febrero del 2021. Este devocional se ocupa del tema más importante de la agenda cristiana: el amor. No es un asunto trivial o secundario, sino la esencia misma del Evangelio. El amor es el mandamiento más grande. Es el cumplimiento de la ley. Es la manifestación plena de la justicia. Sin amor no hay cristianismo, pues quien no ama no conoce a Dios. Quien no ama al prójimo no puede amar a Dios. Aquellos que fueron transformados por el amor de Dios deben expresar este amor dando su vida por sus hermanos y hermanas. Jesús fue categórico al afirmar que debemos amar a nuestros hermanos como él nos amó. Este amor es el argumento irresistible y la evidencia capital de que somos sus discípulos. Lee estos mensajes rogando a Dios que ilumine su corazón y toque su vida, trayendo transformación en las áreas que necesitan ser restauradas por Dios. ¡Oramos por usted!
Hernandes Dias Lopes
Es casado y tiene dos hijos. Es pastor presbiteriano, conferencista, autor y presentador. Tambien es director del Ministerio en Português “Luz para el Camino”, en Campinas, San Pablo - Brasil.