02 de febrero del 2021
Deuteronomio 10:12-22
AMOR AL EXTRANJERO
“Ustedes, pues, amen al extranjero, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto.”
Mateo 22:37-39
La palabra xenofobia significa miedo del extranjero o rechazo a las personas de otras razas. En una época en que el prejuicio racial es tan fuerte necesitamos entender lo que enseña el pasaje de este día. Aquí hay una orden expresa de Dios de amar al extranjero. No importa el color de la piel de una persona, la sangre que corre en sus venas, o su condición social. Todas las personas son iguales a los ojos de Dios y así debemos tratarlas. Dios no hace acepción de personas y nosotros tampoco debemos hacerlo.
El prejuicio racial es una ofensa al creador y un atentado al prójimo. Debemos amar a todos sin distinción de raza. Debemos reconocer que incluso bajo el cobijo de nuestra bandera y morando en una tierra hospitalaria, somos peregrinos y extranjeros en este mundo. No tenemos aquí una casa permanente. No debemos construir nuestra casa sobre un puente. Un puente es un lugar de paso.
Aquí estamos en un viaje hacia nuestra patria permanente. Todos somos extranjeros. Lejos de tratar al extranjero con desprecio, debemos darle la bienvenida. Lejos de verlo como una amenaza, debemos considerarlo como un hermano. Lejos de negarle nuestra ayuda, debemos amarlo como a nosotros mismos. Solo así demostraremos, de forma práctica, nuestro amor a Dios y nuestra obediencia a su ley.
Oh, Dios, danos la sabiduría para amar a nuestro prójimo sin excluir a nadie, y perdónanos si no lo hemos hecho como nos ordenas. En el nombre de Jesús, Amén.
Siento gran alegría al presentar a nuestros lectores el Cada día de Febrero del 2021. Este devocional se ocupa del tema más importante de la agenda cristiana: el amor. No es un asunto trivial o secundario, sino la esencia misma del Evangelio. El amor es el mandamiento más grande. Es el cumplimiento de la ley. Es la manifestación plena de la justicia. Sin amor no hay cristianismo, pues quien no ama no conoce a Dios. Quien no ama al prójimo no puede amar a Dios. Aquellos que fueron transformados por el amor de Dios deben expresar este amor dando su vida por sus hermanos y hermanas. Jesús fue categórico al afirmar que debemos amar a nuestros hermanos como él nos amó. Este amor es el argumento irresistible y la evidencia capital de que somos sus discípulos. Lee estos mensajes rogando a Dios que ilumine su corazón y toque su vida, trayendo transformación en las áreas que necesitan ser restauradas por Dios. ¡Oramos por usted!
Hernandes Dias Lopes
Es casado y tiene dos hijos. Es pastor presbiteriano, conferencista, autor y presentador. Tambien es director del Ministerio en Português “Luz para el Camino”, en Campinas, San Pablo - Brasil.