29 de noviembre del 2025
Apocalipsis 19:11-21
CONFIANDO EN EL PLAN DE DIOS PARA TRAER LA PAZ
“Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios…”Apocalipsis 19:17
La primera vez que alguien observa una bandada de cuervos surcando el cielo al atardecer, puede resultar impactante. Sus siluetas oscuras, su vuelo coordinado y su canto ronco suelen despertar en nosotros un sentimiento de inquietud. No es casualidad que estas aves se asocien a menudo con el misterio, la muerte o el juicio. Y es que, en cierto modo, también la Biblia los presenta así. En Apocalipsis 19, después de una descripción majestuosa del triunfo de Cristo sobre las fuerzas del mal, un ángel llama a las aves del cielo —posiblemente cuervos, buitres u otras aves carroñeras— para que asistan a la “gran cena de Dios”. No es una cena cualquiera, sino una escena solemne de juicio. Las aves, que en la creación cumplen un rol en el ciclo de la vida, son ahora instrumentos del juicio final. Esta imagen puede parecer dura, pero nos enseña algo muy claro: el mal no prevalecerá para siempre. La violencia, la corrupción, la injusticia que parecen adueñarse del mundo tienen fecha de vencimiento. Cristo es Rey y regresará con poder y gloria. Y cuando lo haga, traerá justicia completa, restauración verdadera, y paz duradera. Vivimos en tiempos donde la maldad parece tener la última palabra. Pero Apocalipsis nos recuerda que el cielo no está en silencio, y que Dios no está indiferente. Hay un día señalado, un juicio justo, y un Rey victorioso.
Dios de justicia y rectitud, confiamos en tu promesa de hacer nuevas todas las cosas. Esperamos la llegada de tu reino y nuestra morada eterna contigo. En el nombre de Jesús, Amén.
Jesús dijo: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mateo 6:26). Además de muchas otras cosas de la creación, como las rocas, los árboles, el agua y las flores del campo, Jesús nos hace un llamado a prestar atención a las aves para reflexionar y comprender mejor el amor y el cuidado que Dios tiene por nosotros. Dios ha hecho de las aves una parte hermosa de su creación. También son símbolos y ejemplos de su gran historia de redención, recordándonos la presencia de Dios y la paz que nos trae. En su gracia, Dios nos habla a través de su maravillosa creación para que podamos participar plenamente en sus promesas.
Julia Prins Vanderveen
Trabaja y vive en Vancouver, Columbia Británica, con su esposo, Trevor, y sus tres hijos. Julia ha trabajado junto con su esposo pastoreando una iglesia en Vancouver. También es capellán y profesora de humanidades en la Escuela Cristiana de Vancouver.