Jonás 2:1-6
ORACIÓN EN LO PROFUNDO DEL MAR
“En mi angustia clamé a ti, Señor, y tú me respondiste”.
Jonás 2:2
Salir de paseo suele ser emocionante, pero ¿qué pasa cuando el destino no es el que esperábamos? La historia de Jonás nos muestra a alguien que rechazó la invitación de Dios y decidió tomar otro rumbo. Dios le ordenó ir a Nínive, la capital del imperio más poderoso de su tiempo. Sin embargo, esta también era una ciudad llena de maldad. Al escuchar su misión, Jonás que decidió huir en la dirección opuesta.
En su desobediencia, Jonás abordó un barco y emprendió una ruta que, lejos de alejarlo de Dios, lo llevó directo a una tormenta. Como consecuencia, fue arrojado al mar y un gran pez lo tragó. Durante tres días y tres noches, Jonás estuvo en la oscuridad del vientre del pez, y allí, en su angustia, clamó a Dios. Dios, en su misericordia, escuchó su oración y ordenó al pez que lo vomitara en tierra firme. Solo entonces, Jonás fue a Nínive y cumplió su misión.
Dios puede usar cualquier medio para llamarnos de vuelta a Él. No podemos escapar de su presencia, ni ignorar su propósito para nuestras vidas. Pero, ¿por qué esperar a tocar fondo para clamar a Dios? No necesitas estar en lo más profundo de la desesperación para buscarlo. Él está listo para escucharte hoy mismo. Si sientes que has huido de Dios o te encuentras en un lugar de oscuridad y desesperanza, recuerda que solo él puede rescatarte. ¡Clama a Él y te responderá!
Dios eterno, estoy dispuesto a escucharte y obedecerte. Úsame para llevar tus palabras de salvación a otros. En Jesucristo, tu hijo. Amén