Salmo 20:1-5
LA AYUDA VIENE DEL SEÑOR
“Que el Señor te escuche cuando estés angustiado; que el Dios mismo de Jacob te defienda”.
Salmo 20:1
En tiempos de angustia, es común escuchar frases como “Dios te ayude” o “Que el Señor te proteja”. Muchas veces las decimos casi por inercia, como un deseo bien intencionado, pero sin profundidad. En otros casos, hay quienes declaran con certeza que Dios responderá, como si su intervención dependiera solo de nuestra afirmación de fe.
Entre estas dos posturas —la tradición vacía y el triunfalismo exagerado— el Salmo 20 nos ofrece una perspectiva diferente: una fe confiada en la bondad y el amor de Dios. No es un simple deseo ni una fórmula mágica, sino la certeza de que el Señor está atento al clamor de su pueblo. El salmista no dice "si Dios quiere, tal vez te escuche", ni tampoco "declara y recibirás". En cambio, nos muestra a un Dios cercano, que responde al clamor de los suyos y los defiende. No porque nuestras palabras tengan poder en sí mismas, sino porque nuestro Dios es poderoso y misericordioso.
Este Salmo nos recuerda que podemos descansar en Él. No importa la intensidad de la tormenta ni la profundidad de nuestra angustia. Su oído está inclinado hacia nosotros, y su amor nunca nos abandona. Hoy, si te encuentras en medio de una batalla, no te aferres a frases vacías ni a declaraciones superficiales. Aferra tu corazón a la verdad: Dios te escucha, Dios te cuida, Dios te sostiene
Mi deseo es confiar sólo en ti, Señor. Abre mi mente y mis oídos para que pueda escucharte y dejarme guiar por ti. En el nombre de Jesús. Amén.