Efesios 3:1-21
VERDADERA PLENITUD
“Pido, pues, que conozcan ese amor, que es mucho más grande que todo cuanto podemos conocer, para que lleguen a colmarse de la plenitud total de Dios”.
Efesios 3:19
No se conforme con menos. El apóstol Pablo habla aquí de “ser llenos de toda la plenitud de Dios”, y en la oración que él eleva al Padre celestial le incluye a usted. En este ruego él no presenta esta experiencia como algo utópico o irreal. Se trata de algo que está a disposición de aquellos en que Cristo habita en sus corazones por medio de la fe. Es cierto que no es una experiencia común, pero que no es algo imposible para aquel “que puede hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o pensamos” (Ef. 3:20).
Pero tenga cuidado de no dejarse embaucar en cuanto a la forma de llenarse de la plenitud de Dios. No busque atajos o experiencias místicas. No es algo que va a lograr por medio de viajes astrales, meditación trascendental o prácticas como el yoga o la canalización. No es tampoco algo reservado para los iniciados o creyentes de primera clase. Es Dios mismo en su gracia quien concede a los creyentes disfrutar de su presencia plena.
Y como en el caso de la oración de Pablo, esto es algo que debe estar en lo más alto de nuestras prioridades. Para llegar allí la única ruta es a través de Cristo y su amor. Es ese amor del que hablan los cantos infantiles, “tan ancho que no puedo estar afuera de él”, y que excede a todo conocimiento. ¿Has conocido ya la profundidad de ese amor en tu vida?
Dios, gracias por llenarme de tu amor y hacernos plenos en esta vida. Te pido que siempre seas el centro de mi vida y la fuente de todo amor y bondad. En Jesús, amén.