Génesis 46:1-7
DIOS, NUESTRO COMPAÑERO DE VIAJE
“Iré contigo a Egipto, y yo mismo sacaré de allí a tus descendientes”.
Génesis 46:4
A veces Dios nos hace cambiar de residencia de formas inesperadas y sorprendentes. Puede ser mediante una nueva oportunidad laboral o que nuestros hijos ya grandes se muden a otra parte del país y nosotros decidamos seguirlos. Un cambio así no es nada fácil: significa dejar atrás un entorno familiar por otro que, aunque pueda ser emocionante, también es desconocido e impredecible.
Muchos años después que Jacob, ahora llamado Israel, había regresado a Canaán, Dios tiene para él un viaje inesperado. Resulta que su hijo, José, quien le habían hecho creer que estaba muerto, se ha convertido en el gobernador de Egipto. Y debido a una gran hambruna en la tierra, José decide que es mejor que su padre viva en Egipto para vivir el resto de sus días. En su camino a Egipto, Jacob pasa tiempo en comunión con Dios. Necesita saber que Dios estará con él y que sus promesas seguirán siendo válidas en su nuevo lugar de residencia. Y de la misma forma en que se le apareció cuando huía de su hermano, Dios se le revela en sueños y promete traer a su familia de regreso a Canaán nuevamente.
Cuando situaciones como éstas surgen, ¿buscas la voluntad de Dios en adoración y oración? Como seguidores de Cristo tenemos la seguridad de que el Señor siempre estará con nosotros, para que podamos viajar seguros, con las promesas de Dios, sin importar a dónde vayamos.
Dios misericordioso, gracias por los lugares y las oportunidades inesperadas que nos das para servirte. Ayúdanos a discernir tu voluntad y tu dirección. Por amor de Jesús. Amén.