Génesis 50:22-26
NO OLVIDES CUÁL ES TU VERDADERO HOGAR
“Entonces hizo que los hijos de Israel le juraran, y les dijo: En verdad, Dios vendrá a ayudarlos. Cuando eso suceda, ustedes deben llevarse de aquí mis restos”.
Génesis 50:25
“Nunca olvides dónde está tu hogar”. Probablemente no es lo que José dijo exactamente, pero si usted hubiese estado junto a su lecho de muerte ese día, no tendría dudas de que algo así fue lo que quiso decir. Las últimas palabras de José resaltan aún más porque no había estado en “casa” desde su adolescencia. Egipto fue un lugar donde conoció el éxito y la prosperidad fue allí donde formó una familia. Para todos los efectos, Egipto era su hogar.
Pero saber dónde está nuestro hogar realmente significa, antes que nada, saber de dónde venimos y adónde pertenecemos. Si somos de aquellos que han crecido en un lugar del cual nunca nos hemos mudado, tal vez nos cueste imaginarnos viviendo en un lugar distinto. Pero en nuestras sociedades cada vez más móviles, el “hogar” puede ser más difícil de identificar. ¿De dónde soy si he vivido en una docena de lugares durante mi vida?
José le recuerda a sus hermanos que su hogar era el lugar que Dios había prometido a sus antepasados: Abraham, Isaac y Jacob. Y un día Dios los traería de regreso allí. Y no importa cuán exitosos podamos llegar a ser en un lugar particular, el hogar del cristiano se define por la adopción en la familia de Dios. Nuestro hogar con Dios sólo es posible porque Cristo dejó su lugar en el cielo para venir en nuestra ayuda. Nunca olvides que perteneces a este fiel Salvador.
Padre, nos has dicho que hay un lugar donde podemos vivir contigo, y has enviado a tu Hijo y a tu Espíritu para guiarnos hasta allí. No permitas que olvidemos a dónde pertenecemos. En Jesús, amén.