Romanos 1:18-23
LA IRA DE DIOS
“Pues Dios muestra su ira castigando desde el cielo…”
Romanos 1:18
La película “Un día de furia” fue un gran éxito en los cines. William Foster, un hombre de mediana edad, desempleado y con un matrimonio en crisis, se enfurece por el estrés de estar atrapado en el tráfico y empieza a descargar toda su frustración en la gente. Es la ira humana. Un arrebato de ira porque las cosas no salen como nos gustaría.
Pero la ira de Dios es diferente. La ira de Dios no es caprichosa ni irracional. No estamos hablando de alguien con la mecha corta. La ira de Dios es un reflejo de su santidad. Es una expresión de su perfecta y santa justicia contra el pecado. La ira de Dios es una respuesta necesaria al pecado humano. Aunque esta doctrina puede parecer desalentadora para algunos, para los cristianos, meditar sobre este atributo divino revela algunos de sus beneficios.
En primer lugar, nos hacemos más conscientes de la repugnancia que el pecado causa en Dios y debería causar también en nosotros. Así, estamos más preparados para la confesión y el arrepentimiento cuando pecamos contra la santidad de Dios. Segundo, prepara nuestro corazón para la adoración del Dios santo que nos ha librado de la condenación eterna. En tercer lugar, la doctrina de la ira de Dios puede animarnos cada vez más a hablar a la gente de Cristo. El infierno es real, y la fe en Cristo es la única forma de salir de él.
Perdónanos, Señor, si hemos herido a otros con nuestra ira y enojo. Ayúdanos a mejorar nuestro carácter y aprender de tu santidad. En el nombre de Jesús, amén.