Salmo 128.1-6
VIVIR PARA EL TRABAJO
“Feliz tú, que honras al Señor y le eres obediente. Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y te irá bien”.Salmo 128:1-2
¿Vives para trabajar o trabajas para vivir? A finales del siglo pasado se acuñó un término para describir a una persona adicta al trabajo: workaholic. No se trata simplemente de una persona trabajadora y comprometida, sino de una persona que trabaja de una manera compulsiva y poco saludable. El trabajo está por encima de los demás aspectos de su vida, trabaja incluso en días feriados, y se muestra ansiosa cuando no encuentra nada qué hacer.
Existen también, por supuesto, quienes trabajan de forma excesiva para satisfacer las necesidades del hogar. Esto es algo que con frecuencia les lleva a sacrificar a la familia, con tal de tener un mejor nivel de vida. En ambos casos, el trabajo como medio para traer prosperidad al hogar se ha convertido en opresión y yugo.
¿Qué dice la Biblia acerca de esto? El trabajo es una bendición del Señor, pero como todo buen don de Dios, cuidemos de no hacer de nuestro trabajo un dios. El salmo 128 dice que quienes temen a Dios y obedecen sus mandamientos pueden disfrutar del trabajo de sus manos. Sólo así es posible comprender que el trabajo no solo se trata de traer el ingreso a casa, sino de propiciar un ambiente de bendición para todos los integrantes del hogar. Después de todo, tal vez esto sea más trabajo de lo que ya haces, pero es el trabajo que Dios bendice.
Padre, ayúdame a ocuparme con amor y responsabilidad de todas las cosas que me has provisto y recibir de ti la bendición. En el nombre de Jesús, Amén.