01 de octubre del 2023
Génesis 25:19-26
CONFLICTO EN GESTACIÓN
“Pero como los mellizos se peleaban dentro de su vientre, ella pensó: Si esto va a ser así, ¿para qué seguir viviendo?”.Génesis 25:22
Si usted es padre de familia, tal vez haya tenido que lidiar con la rivalidad entre hermanos. Cuando las rencillas son por malentendidos menores, puede estar tranquilo porque sabe que, en el fondo, ellos se aman. Pero es triste reconocer que los conflictos familiares pueden dar lugar a bastante estrés y dolor en muchas personas. En la Biblia se habla de los mellizos, Jacob y Esaú, cuya rivalidad comienza desde antes del nacimiento. De hecho, a Jacob le pusieron ese nombre porque nació “agarrado al talón de Esaú”. Pero la lucha de Jacob no es solo con su hermano Esaú; su mayor lucha es con Dios. Si eso le permite sacar alguna ventaja, Jacob pasará gran parte de su vida “agarrándose del talón” de cualquier cosa. Y él está convencido que conseguir el favor de Dios a cualquier costo lo colocará en una posición ventajosa. No tiene tiempo para simplemente disfrutar de su misericordia y su bendición. Tenemos mucho que aprender de Jacob. Las luchas de la vida también nos presionan, aun si gozamos de relaciones familiares saludables. Con gusto nos “aferramos a los talones” de aquello que nos parezca una buena salida. Y cuando nos damos cuenta que las luchas no se acaban, nos preguntamos como la madre de Jacob: “¿Para qué seguir viviendo?”. Es tiempo de colgar los guantes y dejar que Dios actúe y disfrutemos así de su gracia y misericordia.
Padre Celestial, ayúdanos a estar atentos a la manera en que obras en nuestros corazones en medio de los conflictos. Trae sanidad a nuestras relaciones. En Cristo, amén.
Jacob es uno de mis personajes favoritos de la Biblia. Pero no creo que me hubiera gustado tanto si lo hubiese conocido al principio de su vida. Era astuto, manipulador y hábil. Actuaba por interés propio y no pensaba mucho en los demás. Pero Dios lo amaba, y el libro de Génesis muestra cómo Dios persiguió y ablandó el corazón de Jacob hasta que finalmente comprendió que la bendición de Dios viene sólo por gracia. Esa verdad cambió la actitud de Jacob hacia Dios y hacia los demás. Y esa es una lección que todos necesitamos aprender. Puede que nuestros desafíos y pecados no sean los mismos que los de Jacob, pero necesitan de igual manera el poder transformador de Cristo. Todos necesitamos profundamente la seguridad de que Dios nos salvará. Y por su gracia, todos los que creen en Jesucristo, el Hijo de Dios, como Salvador, serán transformados para disfrutar de una vida plena con él para siempre.
Joel Vande Werken
Joel Vande Werken ha sido pastor desde el año 2007, sirviendo en iglesias en Sussex, Nueva Jersey, y en Whitinsville, Massachusetts. Él y su esposa, Brandie, tienen cuatro hijos pequeños.