Génesis 25:27-34
POR UN PLATO DE LENTEJAS
“—Primero dame a cambio tus derechos de hijo mayor —contestó Jacob”.Génesis 25:31
Jacob y Esaú eran muy diferentes. Esaú era un hombre de caza y eso lo hizo el favorito de su padre. Jacob era una persona de casa, y el favorito de su madre. Pero Raquel contaba con información confidencial: Dios le había profetizado que el mayor, Esaú, serviría al menor, Jacob (Génesis 25:23). Y en este ambiente de rivalidades, la información es poder. Jacob conoce su destino, pero no tiene la paciencia para esperar a que Dios actúe.
¿Alguna vez te has sentido frustrado por la sensación de que no recibes lo que mereces? Jacob sabe que Dios tiene la intención de bendecirlo, pero, por si al caso, toma medidas para asegurarse esa bendición. Y aprovechando el cansancio y el hambre de su hermano Esaú, logra que éste le ceda sus derechos de hermano mayor, a cambio de un plato de lentejas.
Hay creyentes que, como Jacob, ven la bendición de Dios como algo que deben obtener o merecer, y piensan que deben asegurarla mediante algún tipo de negociación. Pero las bendiciones de Dios son un regalo inmerecido. Ya han sido compradas por la sangre que Cristo derramó por nosotros en la cruz. Sin embargo, como la historia de Jacob nos muestra, puede llevar toda una vida dejar de lado nuestra tendencia humana a no permitir que Dios actúe y recibir su amor como un regalo. Ora para que el Espíritu de Dios te ayude a aprender esa lección.
Dios misericordioso, a menudo tratamos de apoderarnos de lo que tú te deleitas en ofrecernos como regalo. Ayúdanos a mirar hoy a Cristo, quien ya pagó el precio de tu bendición por nosotros. Amén.