1 Reyes 18:30-39
EL SEÑOR ES DIOS
“Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja”.1 Reyes 18:38
¿Conoce a alguien que le guste coleccionar piedras de todo tipo? Cuando a un pequeño le asignaron en la escuela estudiar durante el año rocas y gemas, los padres no tenían idea de lo que se avecinaba. Pronto había pilas de piedras en cualquier lugar de la casa. Si querían deshacerse de algunas, él se daba cuenta inmediatamente. Y aunque ya han pasado varios años de esto, todavía se pueden ver allí algunas de estas piedras. ¿Qué fue lo que fascinó al pequeño de este trabajo? En parte puede ser que esas piedras parecían indestructibles a diferencia de sus juguetes habituales.
La idea que tenemos de una roca es que es permanente. Por eso las piedras se utilizan para muchos fines; son duraderas y con ellas se pueden construir estructuras que se espera que duren mucho tiempo. Pero hay sus excepciones.
¿Puede imaginar el asombro de quienes vieron a Elías invocar al Dios vivo y verdadero? Al pedir que cayera fuego del cielo, Dios respondió de modo que ese fuego no sólo quemó el sacrificio en el altar, sino que también consumió la madera, las piedras, el suelo y el agua. ¡Qué extraordinario poder demostró Dios! Por eso el pueblo gritó: "¡Jehová es Dios!". Sin duda, el que creó las criaturas, la madera, las piedras, la tierra y el agua también puede demostrar que no hay nada que no pueda hacer. ¡Él es también nuestro Dios!
Dios, tú eres el Señor del cielo y de la tierra. Estamos admirados de tu poder y confiamos en que más personas se unirán para reconocerte como el único Dios. En Jesús, Amén.