Salmo 139:1-12, 23-24
NUESTRO DIOS EXAMINADOR
“Oh Dios, examíname, reconoce mi corazón; ponme a prueba, reconoce mis pensamientos... y guíame por el camino eterno”.Salmo 139:23-24
La guerra produce una gran cantidad de refugiados. Piense en lo que significa dejar los amigos, vivir en una tierra extraña y tener que aprender una nueva lengua. Como Mikhail, un refugiado bielorruso, escribe: “Yo oro para no sentirme solo. Oro para ser libre de la ansiedad y la depresión. Estoy exhausto”. Muchos de nosotros no sabemos lo que es vivir esto en carne propia. No hemos pasado por un golpe de estado o persecución, ni tenido que escapar para salvar nuestra vida. Pero sí conocemos el daño que la angustia, la ansiedad y la soledad producen.
En el Salmo 139 leemos sobre el Dios que nos busca y nos conoce. El amor de Dios va mucho más allá de las distancias geográficas, las fronteras políticas y las circunstancias humanas. Dios conoce perfectamente nuestras necesidades y se preocupa por nosotros. Él envía su Espíritu Santo para consolarnos y guiarnos en nuestra búsqueda de la paz, incluso si tenemos que atravesar terrenos difíciles y desconocidos.
Cuando nos sintamos heridos, cuando nuestra situación parezca sombría, cuando nos acosen pensamientos oscuros y llenos de ansiedad, recordemos que no estamos solos. Nuestro amoroso y cariñoso Dios siempre está cerca. Él puede ayudarnos. Vuélvanse a él, busquen su rostro, lean su Palabra, y él los guiará por el camino eterno.
Nuestro Dios omnisciente, guíanos mientras buscamos caminar contigo. Ayúdanos a ser tus fieles seguidores en cualquier situación. En el nombre de Jesús, Amén.