30 de junio del 2023
Apocalipsis 22:18-20
ORANDO POR EL REGRESO DE JESÚS
“El que declara esto, dice: «Sí, vengo pronto». Amén. ¡Ven, Señor Jesús!”Apocalipsis 22:20
Es la última oración que aparece registrada en la Biblia. No se trata de un largo discurso. Solo son cuatro palabras, pero ellas capturan la esperanza que une a los creyentes de todos los siglos: “Amén. ¡Ven, Señor Jesús!”. O “maranatha”, la palabra aramea con la que el apóstol Pablo concluye la primera carta a los Corintios. Es significativo que, esta oración por la segunda venida de Jesús, esté precedida por una promesa del mismo Jesús: "Sí, vengo pronto". La iglesia necesitaba en ese momento una confirmación así. En el fragor de la persecución algunos creyentes se preguntaban si Cristo realmente se preocupaba por ellos, si podían seguir confiando en sus promesas de volver para estar con ellos para siempre. “¿Hasta cuándo…?” es una pregunta que se deja escuchar de labios de quienes habían perdido su vida por su fe en Jesucristo (Ap. 6:10). En nuestro tiempo, en que esta esperanza se ha desvanecido en algunos creyentes, debemos intensificar nuestra súplica por la segunda venida del Señor. Mientras trabajamos y anhelamos la venida del reino de Dios, esperamos que nuestras oraciones incluyan a menudo esta breve petición. Ellas nos servirán de consuelo y aliento mientras nos preparamos para enfrentar los días finales. Y con esa esperanza firme confiamos en que “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos nosotros”.
Bendito Jesús, esperamos con gozo tu pronta venida. Por medio de tu Espíritu nos preparamos para recibirte como la esposa santa por la que diste tu vida. En tu nombre oramos, Amén.
Nuestro Dios no es alguien distante, que, como muchos piensan, se queda allí en el alto del cielo, sentado en su trono, como un espectador que todo lo ve. ¡No! Nuestro Dios es un Dios que se relaciona, y la forma más significativa que tenemos para comunicarnos con Él es a través de la oración. A diferencia de Moisés, que habló con Dios cara a cara, nosotros tenemos la oportunidad de hacernos escuchar por el Creador a través de Cristo, nuestro Sumo Sacerdote. Algunos hombres y mujeres tuvieron el honor de estar en persona con Jesús, el Hijo del Dios Altísimo, pero muchos lo ignoraron a él y a otros. ¿Cuándo oras y cuántas veces lo haces? ¿Solo en las ocasiones en que te reúnes en la iglesia? ¿Cada vez que enfrentas dificultades o necesitas tomar una decisión? Adquiera el hábito de hablar con Dios diariamente. Haga de su vida sinónimo de oración y las respuestas que escuchará del Dios de la vida le sorprenderán.
Edison Souza
Periodista y Presbítero en La Iglesia Presbiteriana de Campinas, São Paulo, Brasil.