Proverbios 1:8-16

ESCUELA EN CASA

“Hijo mío, atiende la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre”.Proverbios 1:8

El libro de proverbios tiene un toque familiar. Sus preciosas enseñanzas se presentan en un contexto hogareño en forma de consejo de un padre hacia su hijo. “Hijo mío” es una expresión que se escucha con frecuencia en un suave tono paternal que sugiere una cercanía y confianza en esta relación. Es en el hogar donde la instrucción básica tiene lugar. Vale la pena notar el papel destacado que se le da a la madre en la instrucción a los hijos. Aunque todavía existen culturas en donde su opinión ni siquiera es tomada en cuenta, no sucede así en este caso. Y como muestra de que la inclusión de la madre en la enseñanza en el hogar no es simplemente un recurso literario tenemos el caso del rey Lemuel al final del libro. Allí se introduce, casi a manera de epílogo, una serie de proverbios de esta forma: “Dichos del rey Lemuel de Masá, con los cuales su madre le dio instrucción” (Prov. 31:1). Los creyentes del nuevo pacto debemos asumir con gozo este gran privilegio. Nuestra nueva vida en Cristo no nos exime de nuestros deberes familiares; por el contrario, nuestra fe debe impactar poderosamente la manera en que vivimos nuestra relación en la familia. ¿Cuál es la exhortación del apóstol para los padres cristianos? “Edúquenlos con la disciplina y la instrucción que quiere el Señor” (Ef. 6:4).

Padre celestial, ayúdanos como padres terrenales que somos a encarnar los principios bíblicos para el hogar. Te lo ruego en Cristo, amén.