22 de junio del 2023
Mateo 17:14-21
LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN
“…y arrodillándose delante de él le dijo: —Señor, ten compasión de mi hijo, porque le dan ataques y sufre terriblemente”.Mateo 17:14-15
Si usted tiene hijos y nietos sanos, dele gracias a Dios. No todas las personas pueden disfrutar de esta bendición. Ver y cuidar de un hijo enfermo puede ser una carga abrumadora para algunos padres, sobre todo, cuando no tienen esperanza de que su hijo sane. A veces esto significa consumir tiempo y recursos con tal de darles una mejor calidad de vida. Y es todavía más triste cuando no tienen a quien recurrir en sus momentos de desconsuelo. En este pasaje se nos habla de un padre que sí encontró a quien recurrir. Él pensó que los discípulos de Jesús podían encargarse de él, pero no fue así, por lo que tuvo que esperar a que Jesús se desocupara. Cuando vio a Jesús, en su súplica podemos ver todo el dolor de un padre que quiere ver liberado a su hijo, y ha encontrado en quien depositar esa esperanza. Pero ese día, por la autoridad de Jesús, su hijo sanó de manera inmediata. Me pregunto qué nos dice la impotencia de los discípulos acerca de su vida de oración y ayuno. Es cierto que mientras Jesús estaba con ellos, esto no era tan necesario (Mat. 9:15), pero en los momentos en que Jesús no estaba presente, nos damos cuenta del grave descuido que estaban cometiendo. Y en nuestro caso, en el que Jesús no está con nosotros físicamente, cuánto necesitamos cultivar estos recursos para estar siempre listos para la batalla.
Bendito Dios, te pido perdón por no practicar con mayor esmero los medios que tú has dejado para estar siempre en comunión contigo. En el nombre de Jesús, Amén.
Nuestro Dios no es alguien distante, que, como muchos piensan, se queda allí en el alto del cielo, sentado en su trono, como un espectador que todo lo ve. ¡No! Nuestro Dios es un Dios que se relaciona, y la forma más significativa que tenemos para comunicarnos con Él es a través de la oración. A diferencia de Moisés, que habló con Dios cara a cara, nosotros tenemos la oportunidad de hacernos escuchar por el Creador a través de Cristo, nuestro Sumo Sacerdote. Algunos hombres y mujeres tuvieron el honor de estar en persona con Jesús, el Hijo del Dios Altísimo, pero muchos lo ignoraron a él y a otros. ¿Cuándo oras y cuántas veces lo haces? ¿Solo en las ocasiones en que te reúnes en la iglesia? ¿Cada vez que enfrentas dificultades o necesitas tomar una decisión? Adquiera el hábito de hablar con Dios diariamente. Haga de su vida sinónimo de oración y las respuestas que escuchará del Dios de la vida le sorprenderán.
Edison Souza
Periodista y Presbítero en La Iglesia Presbiteriana de Campinas, São Paulo, Brasil.