Lucas 15:18-24
FELICIDAD EN EL REGRESO AL PADRE
“Porque este hijo mío estaba muerto, y ha revivido; se había perdido, y lo hemos hallado.” Y comenzaron a regocijarse”.Lucas 15:24
La parábola del hijo pródigo contada por Jesús es uno de los relatos más conmovedores de los evangelios. Se trata de un joven que se sentía descontento en la casa de su padre. Él pensaba que la felicidad se encontraba muy lejos de las puertas de su hogar. Por eso, un día tomó la decisión fatal de pedir la herencia que le correspondía y marcharse a disfrutar de las aventuras de la vida.
Al principio, mientras el dinero abundaba, contaba con amigos y se divertía junto con ellos. Su apetito por el entretenimiento era tal que gastó todo lo que tenía en una vida desenfrenada. Llegó el hambre y los amigos se fueron. Entonces supo lo que es pasar necesidad al tener que trabajar en una pocilga cuidando cerdos. La felicidad que buscaba lejos de su padre no era más que un espejismo engañoso. Era feliz en la casa de su padre y no lo sabía.
Ahora él era conscientemente infeliz. Fue en ese momento que decidió volver a casa y pedirle perdón a su padre. Estaba dispuesto a ser recibido sólo como un criado. Pero, para su sorpresa, cuando regresó a casa, su padre lo estaba esperando y corrió a su encuentro, abrazándolo, besándolo y haciendo una gran fiesta por su regreso. Esa fue la fiesta de la reconciliación. Hay fiesta en el cielo cuando un pecador se arrepiente. Los ángeles celebran tu regreso a Dios.
Querido Dios, gracias por hacerme parte de esta fiesta de reconciliación. Te alabo por Cristo, porque sólo a través de él es posible estar a tu lado. Te agradezco en su nombre, Amén.