Salmo 4:1-8
ALEGRÍA TRASCENDENTE
“Tú has puesto en mi corazón más alegría que en quienes tienen trigo y vino en abundancia”Salmo 4:7
David está atrapado por enemigos atemorizantes. Conspiran contra él, amando la vanidad y difundiendo mentiras. David no halla refugio en la tierra ni escape entre los hombres, por lo que se dirige a Dios en oración, sabiendo que Dios distingue por sí mismo a los piadosos y escucha su clamor. David sabe que alimentar la ira pecaminosa contra sus adversarios no es sabio. Sabe que frente a la insolencia de tus enemigos, la mejor manera de vivir en paz es entregar su causa en las manos de Dios y descansar en ella.
David sabe que no hay paz para el alma hasta que entreguemos nuestras cargas a Dios. Por lo tanto, en medio de los ataques más violentos del enemigo, clama al cielo, rogando a Dios que la luz de su rostro brille sobre él. Es en este contexto que David declara: "Tú has puesto en mi corazón más alegría que en quienes tienen trigo y vino en abundancia".
La alegría de los malvados, incluso rodeados de abundantes bienes materiales, es terrenal y fugaz. Pero el gozo de los hijos de Dios, aun en las turbulencias de la vida, es celestial y permanente. Coexiste con las lágrimas más dolorosas, con las pruebas más duras, con los ataques más furiosos. Los hijos de Dios pueden acostarse en paz y disfrutar de un sueño delicioso, porque Dios mismo es la seguridad de su descanso.
Tú eres nuestra alegría, oh Dios. Nada puede apagar el gozo del alma que encuentra en ti su descanso. En el nombre de Jesús, amén.